06/04/2010 – La comisión de investigación de Medjugorje

Cómo son las cosas y los tiempos. Una de las inquietudes sobre Medjugorje que más preocupa a los que nunca han conocido Medjugorje es el tema de la comisión de investigación. Es alucinante la cantidad de comentarios, posts, noticias mal interpretadas y erróneas que circulan por la red y demás. Me llama la atención el interés que levanta Medjugorje en gente que nunca ha mostrado el más mínimo interés, o que cuando lo han mostrado ha sido para defenestrar a los peregrinos que van allí a rezar. Los que han sufrido esas miradas saben de qué hablo, pero ha habido un tiempo –muuuucho tiempo- en que decir en tu parroquia o en tu comunidad que ibas a Medjugorje era como mentar a Islero en la casa de Manolete, o a Luis Figo en casa de Joan Gaspart.
 

Poco a poco las cosas van cambiando y los que mostraron algo más que desprecio sobre Medjugorje se van haciendo la cama y empiezan a mirar con un interés extraño los acontecimientos de Medjugorje, pero me permito decir que los acontecimientos en torno a Medjugorje. La comisión, el fraile desobediente… pero de meterse a interiorizar el mensaje, a preguntarse si ese mensaje puede ser auténtico y puede ser bueno para la Iglesia, por ahora nada de nada.
 
Lo cierto es que esta es la cuarta vez que se crea una comisión de investigación sobre los acontecimientos de Medjugorje. La primera que se crea en Roma, que hereda un trabajo que por inconcluso, no deja de ser la base sobre la que van a trabajar: los estudios, informes, entrevistas, análisis y demás material recopilado durante años de investigaciones por los obispos de Yugoslavia o de Bosnia y Herzegovina. La Guerra mandó al traste muchas instituciones y sus trabajos nunca se cerraron, y ahí, en ese vacío, quedaron las anteriores comisiones. Pero de todos modos, muchos de sus informes son públicos, y sin embargo, a muy pocos periodistas o blogeros les han importado durante años de marginación, por sorprendentes que sean, que es que lo son, y mucho.
 

Se sabe, por ejemplo, que durante los éxtasis, los videntes de Medjugorje pierden todo tipo de sensibilidad a estímulos externos: calor, frío, luz sobre las pupilas, pinchazos… permanecen despiertos, no en estado de vigilia, ni de coma, ni de hipnosis, viviendo una realidad que los que estamos a su alrededor no somos capaces de percibir, somos insensibles a ella como ellos a la nuestra en ese momento.
 

Los mensajes que estos chicos transmiten son una preciosa síntesis de vida cristiana, una catequesis asequible para todo hijo de vecino, sin necesidad de formar parte de comunidad o movimiento, sin tener que estudiar Teología, ni de nada extraordinario. Un manual para tener una ordinaria vida de oración, de presencia de Dios, nada más, y dándole mucho más protagonismo tanto a los laicos como al párroco y a la parroquia.
 
Sin embargo, siendo impepinable que esos exámenes médicos están ahí y que son públicos, en la mayoría de los medios de comunicación católicos de este país se ha tenido mas en cuenta la trágica historia de un desgraciado fraile que pasó tres años en Medjugorje, una vez que ya habían empezado las apariciones, que se enrolló con una señora que estaba mas ara allá que para acá, que dejó el sacerdocio, que fue expulsado de la orden, que pidió su secularización… Han titulado noticias refiriéndose a este fraile como “el promotor de las apariciones de Medjugorje”, mezclando churras con merinas, y sin embargo, nunca han hablado del milagro que estos chicos dicen vivir y la ciencia no fue capaz de desmentir. Han dedicado ese titular a ese antiguo fraile cuando tan solo es uno de los cerca de setenta frailes que han formado parte de la parroquia en estos casi treinta años.
 
Dos de los medios de comunicación en lengua castellana y católicos más importantes, han difundido noticias sobre Medjugorje cargadas de mentira, sin haber hecho el más mínimo ejercicio periodístico de contraste de las fuentes, de verificación de la noticia, haciendo las veces, torpes, tontos, de eco de la prensa anticatólica serbia -donde nacieron esas noticias- y británica –desde donde se expandieron-, y cuando han sido corregidos en secreto, sus directores no han tenido la clase ni la dignidad de publicar una corrección, ni el más mínimo comentario. Eso es rigor periodístico, eso es profesionalidad.
 
Contrasta además el poco interés que ha habido siempre por los informes citados, públicos desde siempre, de las anteriores comisiones de investigación, con el interés que hay, por ejemplo, con la lista de miembros de la comisión, que es secreta y sin embargo todo el mundo parece conocer. Interés y falta de respeto, porque como he dicho, la Santa Sede pidió que la lista fuese secreta y sin embargo, ese secreto pocos respetan ahora.
 
A lo que voy es que ahora hay un montón de interesados en Medjugorje a colación de la comisión, en ocasiones haciendo mofa de ello, y dejando ver en sus textos un sutil interés en que la comisión machaque Medjugorje, a sus videntes y a sus peregrinos.
 
Lo que se deja ver por entre esas líneas es un interés especial en que en Medjugorje no se haya aparecido la Virgen, aunque lo haya hecho, porque uno no se lo ha creído y lo ha combatido. A que Medjugorje sea mentira, aunque sea verdad, porque el establishment católico no lo ha admitido. A que en Medjugorje no se haya convertido nadie, aunque lo haya hecho, porque en Medjugorje el único elemento de gobierno y mando ha sido directamente la Virgen María, sin pedir permiso ni preguntar nadie.
Menos mal que Roma ha tomado cartas en el asunto, aunque es curioso como, mientras los que nunca han estado interesados en Medjugorje, se han interesado ahora, mientras que los que se sienten de alguna manera hijos de Medjugorje, los que rezan según su experiencia vivida allí, lo de ahora les importa bastante poco, la verdad. Demasiado tiene con el follón diario de las cinco piedras de Medjugorje, rezar y esas cosas…
 
Mientras preparo el segundo libro sobre el fenómeno, estoy ahora trascribiendo una entrevista de un seminarista catalán que descubrió su vocación allí, cuya historia es sorprendente a más no poder. Le pregunté qué haría si Roma dijese que todo aquello ha sido un montaje. “Si dicen que no, para mí será que no. Mi vocación es mucho más grande que el lugar donde la he sentido. Pero yo siempre seré un sacerdote al que Dios hizo tangible su vocación estando en Medjugorje. No puedo entender mi vocación sin Medjugorje. Eso siempre será así, y Dios sabrá por qué tuvo que ser allí”.

Jesús García. Autor del libro “Medjugorje”. (Ed. LibrosLibres)