Mensajes de la Virgen

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Mensaje del 25 de Diciembre de 1999

¡Queridos hijos, éste es un tiempo de gracia!

Hijitos, hoy de una manera especial con el Niño Jesús a quien llevo en mis brazos, les doy la posibilidad de decidirse por la paz: con su Sí a la Paz y su decisión por Dios, se abre para ustedes una nueva posibilidad para la paz. Solamente así, hijitos, el tiempo de este siglo será para ustedes un tiempo de paz y de prosperidad. Por eso, pongan al Niño Jesús recién nacido en el primer lugar en sus vidas, y Él los conducirá por el camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Mensaje del 25 de Noviembre de 1999

Queridos hijos, hoy también los invito a la oración. En este tiempo de gracia, que la cruz sea la señal de amor y de unidad por la cual llega la paz verdadera. Por lo tanto, hijitos, oren, especialmente en este tiempo, para que en sus corazones nazca el Niño Jesús, creador de la paz. Sólo con la oración llegarán a ser mis apóstoles de la paz en este mundo sin paz. Por eso, oren hasta que la oración se convierta para ustedes en gozo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Mensaje del 25 de Octubre de 1999

Queridos hijos, no olviden: éste es un tiempo de gracia. Por eso, ¡oren, oren, oren! Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Septiembre de 1999

Queridos hijos, hoy nuevamente los invito a que se vuelvan portadores de mi paz, especialmente ahora, cuando se habla de que Dios está lejos. En verdad, jamás ha estado Él tan cerca de ustedes. Los invito a que renueven la oración en sus familias leyendo la Sagrada Escritura, y que experimenten la alegría en el encuentro con Dios, quien ama a sus criaturas infinitamente. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Agosto de 1999

Queridos hijos, hoy también los invito a que den gloria a Dios Creador en los colores de la naturaleza. Él les habla, también por medio de la flor más pequeña, acerca de su belleza y de la profundidad del amor con el que los ha creado. Hijitos, dejen que la oración brote de sus corazones como agua fresca de manantial. Que los campos de trigo les hablen de la misericordia de Dios hacia cada criatura. Por eso, renueven la oración de acción de gracias por todo lo que Él les da. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Julio de 1999

Queridos hijos, hoy también me regocijo con ustedes y los invito a todos a la oración del corazón. Hijitos, los invito a que todos, aquí conmigo, agradezcamos a Dios por las gracias que les da a través mío. Deseo que comprendan que quiero crear aquí, no sólo un lugar de oración, sino también de encuentro de corazones. Deseo que mi corazón, el de Jesús y sus corazones se fundan en un único corazón de amor y de paz. Por eso, hijitos, oren y alégrense por todo lo que Dios hace aquí, a pesar de que Satanás provoca pleitos e intranquilidad. Yo estoy con ustedes y los conduzco a todos por el camino del amor. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Junio de 1999

Queridos hijos, hoy les doy gracias porque viven mis mensajes y con sus vidas dan testimonio de ellos. Sean fuertes, hijitos, y oren para que la oración les dé fuerzas y alegría. Sólo así cada uno de ustedes será mío y yo los guiaré por el camino de la salvación. Hijitos, oren y con sus vidas testimonien mi presencia aquí. Que cada día sea para ustedes un testimonio gozoso del amor de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Mayo de 1999

Queridos hijos, hoy también los invito a que se conviertan y crean con mayor fuerza en Dios. Hijitos, ustedes buscan la paz y oran de distintas maneras pero aún no le han dado el corazón a Dios, para que Él pueda llenarlos con su Amor. Ésta es la razón por la que estoy con ustedes, para enseñarles y para acercarlos al Amor de Dios. Si aman a Dios por sobre todas las cosas, entonces les será fácil orar y abrirle el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Abril de 1999

Queridos hijos, hoy también los invito a la oración. Hijitos, sean portadores gozosos de paz y de amor en este mundo sin paz. Por medio del ayuno y de la oración testimonien que son míos y que viven mis mensajes. ¡Oren y busquen! Oro e intercedo por ustedes ante Dios, para que se conviertan y para que sus vidas y sus comportamientos sean siempre cristianos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Marzo de 1999

Queridos hijos, los invito a la oración del corazón. Los invito especialmente, hijitos, a que oren por la conversión de los pecadores, por aquellos que con la espada del odio y de la diaria blasfemia traspasan mi corazón y el de mi Hijo Jesús. Oremos, hijitos, por los que no quieren conocer el amor de Dios, aunque estén en la Iglesia. Oremos para que se conviertan y así la Iglesia resucite en el amor. Hijitos, solamente con el amor y la oración pueden vivir este tiempo que les es dado para la conversión. Pongan a Dios en el primer lugar y entonces Jesús resucitado se volverá el amigo de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Febrero de 1999

Queridos hijos, hoy también estoy con ustedes de una manera especial, contemplando y viviendo en mi Corazón la Pasión de Jesús. Hijitos, abran sus corazones y denme todo lo que hay en ellos. Las alegrías, las tristezas y todo dolor, aún el más pequeño, para que pueda yo ofrecerlos a Jesús y para que Él, con su inconmensurable amor, queme y transforme sus tristezas en el gozo de su Resurrección. Es por eso que ahora los llamo, hijitos, de un modo particular, a que abran sus corazones a la oración, y así, a través de ella, puedan volverse amigos de Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Enero de 1999

Queridos hijos, nuevamente los invito a la oración. Ustedes no tienen la excusa de que tienen que trabajar más, porque la naturaleza aún duerme un sueño profundo. Ábranse a la oración. Renueven la oración en sus familias. Pongan la Sagrada Escritura en un lugar visible en sus familias. Léanla, medítenla y aprendan cómo Dios ama a su pueblo. Hoy también se manifiesta Su amor ya que me envía para llamarlos al camino de la salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.