Boletín nº 66 – 4 de Junio de 1997

Obispos Ugandeses dice a propósito de Medjugorje

Tal como lo publicamos en el No. 65 del Press-Bulletin, del 8 al 15 de mayo, tres obispos de Uganda visitaron el Santuario de la Reina de la Paz en Medjugorje: Frederick Dranuba, Deogratias Byabazaire y Joseph Oyanga. En el número anterior, publicamos en su totalidad la interesante homilía de monseñor Dranuba, y en este número publicamos DECLARACIONES breves de los tres obispos.

Monseñor Deogratias Byabazaire, obispo de Hoima. Fue ordenado sacerdote en 1969, y obispo en 1990.

A propósito de su experiencia en Medjugorje nos dice: “He estado en Medjugorje una semana y he sentido que la atmósfera ha estado plena de oración, paz y amistad. He encontrado varias personas que realmente oran y buscan la oración. He ido al Krizevac (Monte de la Cruz) y al Podbrdo (Monte de las Apariciones). He visto a mucha gente orando. He tenido temor de subir. Pero, después de alcanzar la cima, me he sentido realmente feliz. Ambos montes han sido para mí experiencias hermosas. He rezado mucho y he visto a muchos subiendo descalzos y orando.

Me ha impresionado profundamente la misa vespertina. Cada tarde la iglesia se ha llenado, y mucha gente ha atendido a la misa fuera de la iglesia. A pesar de no comprender la lengua, han permanecido profundamente recogidos en la oración y en la devoción. Sin embargo, el momento más hermoso del programa vespertino de oración ha sido la Adoración al Santísimo Sacramento del Altar. He visto a un gran número de sacerdotes confesando y a una multitud de fieles buscando confesarse. He estado presente en la aparición. He tenido la profunda impresión de que se trata de un encuentro auténtico. Al conversar con los videntes, me he dado cuenta de que ellos son personas maduras y sinceras.” Al regresar a mi patria, acentuaré especialmente el hecho de que el modo de hablar de la Virgen es simple y que justamente con su simplicidad Ella entra en el corazón de sus hijos.

Monseñor Frederick Dranuba, obispo de Arua. Fue ordenado sacerdote en 1970, y obispo en 1986.

A propósito de su experiencia en Medjugorje nos dice: “Esto ha sido realmente para mí una gran experiencia, especialmente con la oración. Yo no puedo decir que la Virgen no se esté apareciendo. Los videntes están repitiendo esto desde hace ya 15 años. Siempre hablan acerca del mismo mensaje, sin cambiar nada. El mensaje es sencillo: orar, ayunar, tener fe, confesarse, adorar. Justamente por eso es que se trata de eventos sobrenaturales, puesto que ellos son fieles a un mensaje. La gente acude a este lugar y transforma su vida. Muchos se confiesan. Yo, como obispo en estos 10 años, prácticamente no he confesado. Aquí, la gente me ha estado pidiendo incesantemente que la confiese. He confesado a muchos. En estos días he confesado a más de 100 personas. Estoy seguro de que el Señor se sirve de este lugar para la conversión de los pueblos. Al regresar a mi patria hablaré acerca del rezo del rosario, y recomendaré a los sacerdotes introducir la adoración una vez a la semana.

Con motivo de esta visita a Medjugorje, los tres obispos se reunieron con monseñor Ratko Peric, obispo local. He aquí, lo que monseñor Dranbua dijo acerca de esa reunión: “El obispo Peric dijo que Medjugorje no representa un problema para él, dado que la gente ora en ese lugar. El problema se presenta con los franciscanos, quienes, según su opinión, desean ser independientes. Yo le he dicho: Medjugorje está hablando constantemente de la paz. La Virgen está llamando a una transformación del corazón y a la paz en el corazón. No puede decir que los franciscanos sean malos. Usted debe aceptar el hecho de que también debe cambiar. Entonces, también los franciscanos cambiarán, y la paz será posible. El mensaje de paz se manifiesta en Su diócesis. Ese mensaje está dirigido a Ud. y a los franciscanos. Halle la fuerza para humillarse ante la Virgen y para comenzar a orar por la paz. Le ruego, querido hermano, trabaje por la paz. Invite a los franciscanos! Quzás sólo algunos acudirán. No puede suceder todo esto en un solo día. Usted debe acercarse a ellos, puesto que Ud. es su pastor. Dígales a ellos: Mi querido hijo, ven, te lo ruego, ven. Si lo hace de esa manera, seguramente tendrá éxito. El dijo: “Lo intentaré!” Me dijo que los franciscanos no aceptan ni al general de los franciscanos, ni a Roma. Yo le repliqué: No, Roma desea que haya paz, y Ud. debe trabajar en forma concreta para que eso se haga realidad.”

Monseñor Joseph Oyanga, obispo de Lira, sacerdote desde hace ya 33 años, y obispo desde hace 8 años.

A propósito de su experiencia en el Santaurio de la Reina de la Paz, nos dice: “Este es un lugar de meditación, de oración. Todos aquellos que acuden aquí alcanzan un espíritu de comunidad recíproco. He visto a gente de Europa, América, Japón, Australia. Todos se sienten uno y esto ha provocado en mí una impresión muy poderosa. Aquí realmente se ora. No he podido ir a los montes, pero me ha impactado el hecho de que una peregrina me haya traído una piedra de ese sitio. La adoración es una experiencia especial, algo único. He visto a gente ayunando. En la casa donde me he alojado, los peregrinos no comían prácticamente nada a la hora de la cena, sólo un poco de pan y ensalada. Este es un espíritu de penitencia y de sacrificio que no veía desde hace tiempo. Esta experiencia me dará fuerzas para hablar de la Virgen a la gente.

Me parece que hasta ahora no Le había dedicado atención suficiente. Ell está cerca de nosotros. Ese es el principal mensaje de este lugar.”