Mensaje del 2 de Enero de 2013

“Queridos hijos, con mucho amor y paciencia procuro hacer que vuestros corazones sean como mi Corazón. Con mi ejemplo, procuro enseñaros la humildad, la sabiduría y el amor, porque os necesito; no puedo sin vosotros, hijos míos. Por la voluntad de Dios os elijo y por su fuerza os fortalezco. Por lo tanto, hijos míos, no tengáis miedo de abrirme vuestros corazones, Yo los entregaré a mi Hijo y Él, en cambio, os concederá la paz divina que vosotros llevaréis a todos los que encontréis; testimoniaréis el amor de Dios con la vida y daréis a mi Hijo a través vuestro. Por medio de la reconciliación, el ayuno y la oración, Yo os guiaré. Inmenso es mi amor, ¡no temáis! Hijos míos, orad por los pastores. Que vuestra boca permanezca cerrada frente a toda condena, porque no olvidéis: mi Hijo los ha elegido, y solamente Él tiene el derecho a juzgar. ¡Os doy las gracias!”