18 de marzo de 2008 Queridos Hijos de Medjugorje, ¡Alabados sean Jesús y María!

1. El 2 de marzo Mirjana Soldo compartió el siguiente mensaje después de su aparición mensual: “Queridos hijos, os suplico encarecidamente en este tiempo de Cuaresma a que reaccioneis ante la bondad de Dios, puesto que Él os ha elegido y me ha enviado a vosotros. Purifícaos del pecado, y en Jesús, mi Hijo, reconoced el sacrificio de reparación por los pecados del mundo entero. Que Él sea lo que dé sentido a vuestras vidas. Que vuestra vida se haga servicio al amor divino de mi Hijo. ¡Gracias hijos míos!

La Gospa bendijo a todas las personas presentes así como a los objetos religiosos. Nos invitó nuevamente a que rezáramos por nuestros pastores.

2 – Recientemente fui a visitar a Vicka a su casa y me encontré con un pequeño grupo de italianos que escuchaban atentamente sus palabras. Ella respondía a sus preguntas y les hablaba desde el corazón. Nuevamente pude comprobar su increíble sabiduría. (Preguntadle a cualquiera en el pueblo: su sabiduría arraigada en un sólido sentido común es algo que la caracteriza). Algunas familias italianas le expusieron sus intensos sufrimientos a causa de diversas situaciones. Con naturalidad, Vicka les manifestó algunas observaciones sobre la vida familiar en la actualidad:

”Mi padre (Petar Iankovic, fallecido el año pasado) pasó 35 años de su vida trabajando como obrero de la construcción en Alemania. Él como tantos otros hombres de nuestro pueblo, tuvo que partir al exterior para encontrar trabajo. Mi padre nunca pensó en sí mismo, en su tristeza por no vivir con nosotros, en la soledad de su exilio y en la dureza del trabajo (los operarios eran alojados en prefabricadas al borde de las rutas, heladas en invierno, tórridas durante el verano). No consideraba a todas estas cosas como inherentes a su responsabilidad de asegurar el sustento a su familia. El nos amaba y demostró mucho valor. ¡Lo sacrificó todo por nosotros!

Hoy en día, todo es diferente. Las familias tienen grandes crisis porque cada cual piensa primero en sí mismo, antes que en su  familia. Todo se vuelve más importante que la familia. No se dispone más de tiempo para rezar juntos porque se cree que hay cosas más importantes que hacer. ¡Esto es un gran error! Ya no quieren darse y dar gratuitamente su tiempo a los demás miembros de la familia. Cada uno vive para sí, sin reservar tiempo para compartir, para dialogar, para interesarse los unos por los otros. O se mira la tele y se terminan las conversaciones, los diálogos. Y este egoísmo trae aparejado envidias, odios, incomprensiones…

”Satanás está haciendo su trabajo, quiere dividir y destruir a la familia. Cada uno se preocupa ante todo por las cosas materiales, y el bienestar material pasa a ser lo más importante. ¡Esto es enfermizo! Esta búsqueda incesante del bienestar hace que se cierren los unos a los otros. De esta manera los corazones y las almas padecen hambre y no reciben alimento. Cada cual sufre en su rincón. Ya no se reza más en familia; Dios no está en el primer lugar, los jóvenes no reciben suficiente amor, la tristeza se incrementa, como así también el descontento y la ira; y las familias se quiebran. Ya ni siquiera saben por qué fracasan y le preguntan a Dios: “¿por qué has permitido que mi familia se quebrara?”

”¡No debemos actuar de esta manera! ¡Es responsabilidad nuestra! Lo más importante es proteger la vida familiar, es velar por la unidad de la familia! La unidad de los corazones es fruto de la oración, de poner a Dios en primer lugar, de la entrega a los demás miembros de la familia. No digo que las cosas materiales no sean importantes, por cierto lo son, pero deben ser muy simples. Por ejemplo, ¡hoy, muchos se fijan en las marcas! Entonces el resultado es que pierdes tu naturalidad y te comportas como si fueras un muñeco; ¡no puedes moverte libremente porque quieres que los otros vean que vistes una marca determinada! Eres esclavo de la mirada de los demás y pierdes tu libertad. Gastas demasiado dinero en comprar esas marcas y allí comienzan las comparaciones y los conflictos. Quieres siempre más y más… ¡Es una enfermedad!”

”Desde hace 26 años la Gospa nos está pidiendo que reservemos tiempo para orar diariamente en familia. ¡Ella bien sabe por qué! ¡Quiere protegernos de la hecatombe! Pero muchos no la escuchan, y después vienen a llorar a sus pies suplicándole: ¡sálvanos! Ahora es cuando debemos tomar las buenas determinaciones. Sólo necesitamos decidirnos por Dios, y Él que es bueno, nos ayudará. Pero debemos comenzar hoy mismo, y decir: “Haré lo que dices, y lo haré lo mejor posible ¡y Tú, por favor, ocúpate del resto!

3 – Jesús le confió a muchos místicos que el meditar sobre su Pasión con fervor enriquecía el alma humana con gracias espléndidas y permitía que la caridad penetrara en nosotros. Un sacerdote cercano a Marthe Robin (Ver PS 2) nos compartió un episodio conmovedor sobre el camino de la cruz de Jesús. En efecto, cuando Marthe revivía semanalmente la Pasión en unión con Jesús, veía también los principales personajes que estuvieron en contacto con el Señor en aquellos días.

Vio a Simón de Cirene. Era jardinero y regresaba con sus tres hijos de realizar un trabajo en las periferias de Jerusalén. Cuando los soldados le obligaron a que ayudara a Jesús a llevar su cruz, Simón se negó; pero lo amenazaron de muerte y lo obligaron a que obedeciera. Lo hizo al principio con repugnancia; Jesús se encontraba en un estado tan calamitoso, cubierto de barro, de polvo y de sangre. Pero Jesús, que estaba por tierra a causa de una nueva caída, agotado y exhausto, lo miró con tanta bondad que el corazón de Simón mudó por completo. La víspera Pedro, ante su triple negación, había prorrumpido en sollozos cuando Jesús lo miró. De la misma manera, Simón se conmovió hasta el fondo del alma ante la mirada amante de Jesús y se convirtió desde ese instante en su amigo y defensor, y después en un fervoroso discípulo que debía jugar un gran papel en la primera comunidad cristiana. ¿Qué tienen los ojos de Jesús para que estos hombres en estado de crisis vio lenta se llenen de repente de compasión, de caridad y de valor?

En nuestro propio calvario, cada uno de nosotros lo sufre de manera única. El sentimiento de soledad podría llegar a aplastarnos. Pero hay una mirada de Jesús que nos está esperando; una mirada única, especial para cada uno. Esa mirada nos comunica el alma de Cristo. La adoración es el momento privilegiado para encontrarse con la mirada de Jesús; es allí donde Jesús sufriente nos da alcance en nuestros sufrimientos íntimos, en nuestras heridas y nuestras miserias más profundas.

En esta Pascua 2008, en nuestro mundo donde se entremezclan angustias y torrentes de gracias, Jesús tan sólo espera nuestra buena voluntad, que deseemos contemplarlo, y eso le permita desconectarnos del Mal y conducirnos lejos, adentrándonos en su Corazón. Allí quiere hacernos finalmente gustar la alegría, la verdadera vida, la suya. ¡Imaginemos la alegría de Pedro después de la Resurrección! ¡Y la de Simón de Cirene! ¡Ese mismo gozo nos está reservado en esta Pascua… si fijamos nuestras miradas en Jesús!

4 – El 18 de marzo de 2008, Mirjana recibió su aparición anual a las 14 en el Cenáculo. La Virgen permaneció alrededor de 7 minutos con ella. Mirjana comentó luego que nunca había visto a la Gospa dirigirse a las personas presentes como lo hizo en esta oportunidad. Ella extendió sus manos hacia los presentes y de este modo, con las manos extendidas, dijo:

Queridos hijos, hoy extiendo mis manos hacia vosotros. No tengaís miedo de aceptarlas. Ellas quieren darles amor, paz y ayudarlos en la salvación. Por ello, hijos míos, tomadlas. Llenad mi corazón de felicidad y yo os guiaré hacia la santidad. El camino por el que os guío es difícil, lleno de pruebas y de caídas. Estaré con vosotros y mis manos os sostendrán. Sed perseverantes para que al fin del camino todos juntos podamos, en la alegría y en el amor, tenernos de las manos con mi Hijo. Venid conmigo, no tengaís miedo. Gracias

 Querida Gospa, no tenemos miedo, porque nos tomamos de las manos que nos extiendes, y no las soltaremos más!

Sor Emmanuel +

©Children of Medjugorje 2008