25/09/2015 – Llamada del Padre Livio a la vidente Marija.

P. Livio.– Queridos amigos, tenemos en línea a Marija que nos transmite el mensaje de la Reina de la Paz de hoy 25 de septiembre de 2015.

Marija.– Hoy la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje: “Queridos hijos, también hoy rezo al Espíritu Santo para que llene vuestros corazones con una fe fuerte. La oración y la fe llenarán vuestro corazón de amor y de alegría, y vosotros seréis una señal para aquellos que están lejos de Dios. Hijos míos, exhortaos unos a otros a la oración con el corazón, para que la oración pueda llenar vuestra vida, y vosotros, hijos míos, cada día seréis, sobre todo, testigos del servicio a Dios en la adoración y al prójimo en la necesidad. Yo estoy con vosotros e intercedo por todos vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada”.

P. Livio.– Marija, la Virgen ya hace un tiempo que nos exhorta a ser fuertes y decididos en la fe, ¿quizá es porque ve que somos un poco vacilantes, que nuestra fe es muy débil?

Marija.– Si, de hecho la Virgen nos llama a la oración y a la fe y sobre todo dice que Ella reza con nosotros, reza al Espíritu Santo para que llene nuestros corazones con una fe fuerte.  Se nota que la Virgen está viendo que lo necesitamos.

P. Livio.– ¿Es correcto decir que abandonando la oración la fe se debilita y luego se pierde?

Marija.– Escuchando este mensaje está claro que realmente es así, porque uno que ama, reza; uno que ama a Dios sobre todas las cosas, reza a Dios, lo adora.  Nosotros lo vemos desde el primer día en que la Virgen nos llamó.  Ella nos ha llamado siempre a la oración, a la adoración.  El fruto de la oración, el fruto de la adoración, el fruto de la fe es el amor, la alegría, el gozo. Cada uno de nosotros debe estar en el Gozo de Dios.

P. Livio.– Tú eres una madre, que tiene 4 hijos, un trabajo, te da tiempo a ir a la glesia, pero, ¿tú consigues que tu jornada esté llena de oración?

Marija.– La Virgen nos lo está pidiendo, y yo me acuerdo que desde el principio ya nos lo decía, que rezando se aprende a rezar.  Por eso la Virgen nos pide que recemos hasta que nuestra vida se convierta en oración.  La experiencia de la oración, sobre todo para nosotros, ha sido muy fuerte, porque desde que la Virgen nos ha “tomado”, nos ha enseñado, nosotros le contestamos a la Virgen.  Yo me acuerdo que, incluso mientras soñaba sentía que estaba rezando, porque estábamos inmersos en la oración, dentro de esta aureola que la Virgen traía con ella, dentro de esta necesidad de estar “pegados” a Dios; y este, digamos, “hilo” es la oración, la que nos une a Dios.

P. Livio.– Entonces, esta oración del corazón, Marija digamos, ¿es suficiente? pensar en Dios de vez en cuando durante el día, ofrecer nuestros pequeños sacrificios, decirle que le queremos mucho, o en cambio decir las oraciones como nos enseña la Virgen, que vosotros nos enseñábais en los primeros tiempos, Padrenuestro, Avemaría y Gloria, o las oraciones de la mañana, las oraciones de la tarde, el Rosario en familia, … La gente parece que prefiere la oración simple por su cuenta en vez de rezar las oraciones.

Marija.– Pues debemos hacer cada vez más.  Lo que la Virgen nos ha dicho siempre, desde el principio, rezad hasta que la oración se convierta en alegría para vosotros, y yo creo que debemos experimentarlo, experiencia de ser muy estrictos con la oración.  ¿Cómo comenzar? Lo que la Virgen nos ha dicho, al inicio 7 Padrenuestros, luego empezó a llevarnos a la Iglesia, luego el Rosario, meditado, empezamos a aprender a rezar el Rosario.  Luego empezamos a hacer adoración; una, cuando está delante del Santísimo, si no abre el corazón, si no reza, esa hora, o 2 horas, o 3 horas, depende de cuánto podamos, de cuánto sintamos el deseo. Primero poco a poco, como dice el proverbio: “se aprende a comer comiendo”, así también con ganas de orar aprendemos a orar con alegría.

P. Livio.– Esta es la primera vez que la Virgen usa este pasaje de San Pablo: “Hijos exhortaos unos a otros con la plegaria con el corazón”, esto de exhortarse unos a otros es bonito porque si nos animamos en familia, padres e hijos a rezar, en suma, una cosa que hacemos bien poco.

Marija.– Es verdad. Sobre todo los primeros años, cuando la Virgen nos pidió crear grupos de oración, yo recuerdo que nosotros tuvimos una experiencia en la que la Virgen nos dijo que tomáramos una persona muy antipática del grupo de oración, y que fuéramos a orar juntos al Krizevac. Así lo hicimos, y fue una experiencia increíble ya que descubrimos que aquella persona en apariencia distante y antipática lo era porque no la conocíamos. Y recuerdo haber pensado “¿qué haremos hoy con ella todo el día rezando?”. En cambio, conocí la parte buena, simpatiquísima de esta persona, generosa, gozosa, que no la conocía porque estábamos lejos. Y por esto la Virgen nos exhorta para que nos ayudemos los unos a los otros, que a veces estamos cansados y así siempre tendremos una mano que nos ayuda. Ya que a uno que tiene necesidad lo ayudamos, incluso espiritualmente.

P. Livio.– Y aun en familia, no debe ser siempre la madre, o la abuela quien nos anime a rezar el rosario, incluso el padre o los hijos pueden decir: “cerremos la TV esta noche, y recemos el rosario”.

Marija.– La Virgen nos dice “poned la Sagrada Escritura en un sitio visible en vuestra casa y leedla cada día”. No solamente fragmentos, también los salmos. Yo recuerdo aprenderme de memoria los salmos y decir cuál es mi preferido, este me gusta, este es bonito, este no tanto, así cada uno de nosotros mediante la oración puede reflejar en uno u otro salmo su dolor, su alegría, en las tinieblas y en la luz, y decir: “Señor, ¿dónde estás? no te siento, no te veo”, y también en la dificultad debemos actuar así.

P. Livio.– Marija, ¿cuál es tu preferido?

Marija.– (Risas) “Señor, tú me conoces desde el seno de mi madre”.

P. Livio.– ¿Por qué te gusta tanto este salmo?

Marija.– No lo sé, solo sé que de leerlo, poco a poco me enamoraba.

P. Livio.– Volviendo al final del mensaje, es como si la Virgen dijese: “debéis amar al prójimo y durante el día servir a Dios, adorándole y después ayudándole en los demás”, es un bonito final, bellísimo, esto es, como Marta y María, ¿no?

Marija.– Justo, como Marta y María juntas.

P. Livio.– ¿Es posible?

Marija.– Claro que sí, claro que sí. Yo creo que cuando hay una María que ora, hay también una Marta que trabaja; una sin la otra no es bonito, porque muchas veces cuando rezamos damos una imagen de fanáticos, en cambio, si también hay una Marta se complementan. Porque una persona que es activa, no solo en temas de la Iglesia, sino también en la vida ordinaria, se vuelve más bella y gozosa.

P. Livio.– Una última pregunta sobre la actualidad: la Virgen se aparece desde hace 34 años como la Reina de la Paz.  En estos días hemos visto al Papa que ha estado en el Congreso americano como el apóstol de la Paz, como mensajero de la Paz de alguna forma.

Marija.– ¡Increíble, increíble! Qué maravilla verlo también, y seguirlo con la oración, con el amor.  En algún momento viéndolo me he emocionado, incluso me ha saltado alguna lágrima viendo a este hombre, sencillo, bueno, realmente un verdadero hombre de Dios. Te impresiona su sencillez, su alegría, su forma de hablar, con las palabras correctas en el momento adecuado.  Es una gracia la que estamos viviendo en este tiempo. Yo confío mucho que en estos días en América del Sur y del Norte será buena la presencia del Santo Padre.

P. Livio.– Podríamos decir que tiene un don de la Virgen de la Paz.

Marija.– Si, podría decirse, de todo corazón, que la Virgen de la Paz y el Santo Padre, como hemos dicho muchas veces, parece que están en armonía, porque el mensaje es muy parecido cuando habla la Virgen y cuando habla el Santo Padre. Está claro que el Espíritu Santo sopla donde quiere, como quiere y cuando quiere, y de muchas formas para convertirnos, porque somos “duros de pelar”… El Señor utiliza “de todo” para convertirnos y acercarnos a Él, a Su Corazón y al Corazón de Su Madre.

P. Livio.– ¡Gracias Marija, por tu precioso testimonio!

Marija.– ¡Gracias a Dios!

[Rezan juntos el Magníficat, y el P. Livio les da la bendición…]

P. Livio.– Gracias Marija.  Te encomiendo toda la gran familia de Radio María, porque también nosotros a finales de octubre tendremos un encuentro especial con el Santo Padre, todos los directores y presidentes de Radio María para nuestro encuentro mundial, que para nosotros será un momento muy importante.  Esperemos que todo vaya bien.

Marija.– ¡Gracias al Cielo! Que Dios le bendiga. Siempre unidos en la oración.

Fuente: radio María Italia.

Traducción a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org