Boletín nº 168 – 26 de Noviembre de 2001

Mons. Denis Croteau, Omi, Obispo de la Diócesis de McKenzie, Canada

Mons. Denis Croteau, Oblato de la Inmaculada, obispo de la diócesis McKenzie de Canadá visitó privadamente Medjugorje con un grupo de peregrinos canadienses del 29 de octubre al 6 de noviembre. Acerca de sus impresiones al final de la peregrinación dijo lo siguiente:

“Vine por primera vez a Medjugorje en abril de este año. Llegué de incógnito, nadie sabía que era obispo. Oí hablar de Medjugorje y supe que si venía solamente como sacerdote podría participar inadvertidamente en la concelebración. Es decir, quería estar con el pueblo, observar cómo el pueblo ora, quería ser como cualquier otro, a fin de tener una impresión de lo que es en verdad Medjugorje. Vine con un grupo de 73 peregrinos. Ninguno de ellos sabía que era obispo. Yo era solamente un cristiano. Al final, cuando regresábamos al aeropuerto de Split, dije: “¡Para que lo sepan, yo soy obispo!”, ¡y la gente se sorprendió porque yo no tengo el aspecto de obispo! Quería sentir Medjugorje como un cristiano común antes de regresar de nuevo como obispo.

Acerca de Medjugorje he leído muchos libros, he escuchado muchas grabaciones, tengo muchas buenas informaciones sobre los videntes, sobre los mensajes de la Virgen y sé algo sobre el conflicto. Por eso quise llegar de incógnito, para formar mi opinión sobre Medjugorje. Y realmente me impresionó poderosamente. Me ha impresionado tanto, que a mi regreso a Canadá le dije a la gente: “Si desean organizar una peregrinación, yo les daré mi apoyo y mi ayuda.” Así organizamos la peregrinación y transcurrimos ocho días completos en este lugar. La gente se lleva de este lugar impresiones poderosas. Personalmente, lo que más me impresionó la última vez y también esta vez, ha sido que los videntes no realzan los grandes milagros, ni las cosa extraordinarias, ni el fin del mundo, ni las catástrofes o los horrores, sino el mensaje de María, el mensaje de oración, conversión, penitencia, del rezo del Rosario, de vivir los Sacramentos, la fe y el amor, la ayuda a los pobres, etc. Ese es el mensaje. Existen secretos, pero los videntes no resaltan eso. El mensaje de la Virgen es la oración. ¡Y aquí la gente ora tan bien! Cantan en voz alta, oran en voz alta, eso produce una buena impresión. De esa forma se comprueba que lo que sucede es verdad. ¡Regresaré, seguramente regresaré!¡Oro por ustedes y los bendigo.

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