Mensaje del 11 de Setiembre de 1986

Queridos hijos, en estos días en que llenos de alegría están festejando la Fiesta de la Cruz, yo deseo que también para ustedes su cruz se transforme en alegría. De modo especial oren, queridos hijos, para poder aceptar las enfermedades y los sufrimientos con amor, tal como Jesús los aceptó. Sólo así podré darles con alegría las gracias y sanaciones que Jesús me concede. Gracias por haber respondido a mi llamado.