Mensaje del 13 de Noviembre de 1986

Queridos hijos, hoy también los invito a que oren con todo el corazón y a que día a día cambien sus vidas. Especialmente los invito, queridos hijos, a que por medio de sus oraciones y sacrificios comiencen a vivir como santos. Deseo que cada uno de ustedes, que ha estado en esta fuente de las gracias, llegue al Paraíso con el don especial de la santidad que les ha sido concedido. Por eso, hijitos, oren y cambien día a día sus vidas para que lleguen a ser santos. Yo estaré siempre cerca de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.