Mensaje del 17 de Abril de 1986

Queridos hijos, ustedes están muy preocupados por las cosas materiales y, por eso, corren el peligro de perder todo lo que Dios quiere darles. Los invito, queridos hijos, a pedir los dones del Espíritu Santo que ahora les son necesarios para poder dar testimonio de mi presencia aquí y de todo lo que les doy. Queridos hijos, abandónense totalmente a mí para que pueda guiarlos en todo. Despreocúpense de las cosas materiales. Gracias por haber respondido a mi llamado.