Mensaje del 2 de Mayo de 2009

“¡Queridos hijos! Hace ya un largo tiempo que os estoy dando mi corazón materno y ofreciéndoos a mi Hijo. Vosotros me estáis rechazando. Estáis permitiendo que el pecado os venza más y más. Le estáis permitiendo que os domine y os quite vuestro poder de discernimiento. Mis pobres hijos, mirad alrededor vuestro y ved los signos de los tiempos. ¿Pensáis acaso que podéis hacer algo sin la bendición de Dios? No dejéis que la tiniebla os envuelva. Desde lo profundo de vuestros corazones clamad a mi Hijo. Su Nombre dispersa aún las mayores tinieblas. Estaré con vosotros, sólo llamadme: “Aquí estamos Madre, guíanos”. Gracias.”