Mensaje del 2 de Noviembre de 2009

“¡Queridos hijos! También hoy estoy entre vosotros para enseñaros el camino que os ayudará a conocer el amor de Dios, que os ha permitido que le llaméis y sentís como vuestro Padre. Os pido que miréis sinceramente en vuestros corazones y veáis cuánto le amáis. ¿Él es el último en ser amado? ¿Cuántas veces, rodeados de bienes, lo habéis traicionado, renegado y olvidado? Hijos míos, no os engañéis con los bienes terrenales. Pensad más en vuestra alma, porque ella es más importante que vuestro cuerpo; purificadla. Invocad al Padre. Él os espera, volved a Él. Yo estoy con vosotros porque Él, en su gracia, me envía. ¡Gracias!”