Mensaje del 2 de Octubre de 2009

“¡Queridos hijos! Mientras os miro, mi corazón se encoge por el dolor. ¿A dónde vais, hijos míos? ¿Estáis tan inmersos en el pecado que no sabéis cómo deteneros? Os justificáis con el pecado, y vivís según él. Arrodillaos bajo la Cruz y mirad a mi Hijo. Él ha vencido al pecado y ha muerto, para que vosotros, hijos míos, podáis vivir. Permitidme que os ayude a que no os muráis, sino a que viváis con mi Hijo para siempre. ¡Gracias!”

Comentario