Mensaje del 22 de Mayo de 1986

Queridos hijos, hoy deseo darles mi amor. Ustedes no saben, queridos hijos, cuán grande es mi amor y no saben acogerlo. De diversas maneras se los quiero manifestar pero ustedes, hijitos, no lo reconocen. Ustedes no comprenden mis palabras con el corazón y, por eso, tampoco entienden mi amor. Queridos hijos, acéptenme en sus vidas y así podrán aceptar todo lo que les digo y todo aquello a lo que los invito. Gracias por haber respondido a mi llamado.