Mensaje del 23 de Enero de 1986

Queridos hijos, los invito nuevamente a la oración del corazón. Si oran con el corazón, queridos hijos, se derretirá el hielo en sus hermanos y desaparecerá toda barrera. La conversión será fácil para todos aquellos que quieran acogerla. Éste es un don que ustedes deben implorar para aquellos que están cerca. Gracias por haber respondido a mi llamado.