Mensaje del 25 de Diciembre de 1986

Queridos hijos, hoy también doy gracias al Señor por todo lo que está haciendo y, de modo especial, por la gracia de poder estar también hoy con ustedes. Queridos hijos, estos son días en los que el Padre ofrece gracias particulares a todos aquellos que le abren el corazón. Los bendigo y deseo que también ustedes, hijitos, conozcan las gracias de Dios y pongan todo a disposición de Dios para que Él sea glorificado a través de ustedes. Mi corazón sigue atentamente cada uno de sus pasos. Gracias por haber respondido a mi llamado.