Mensaje del 25 de Diciembre de 1998

Queridos hijos, en esta alegría navideña deseo bendecirlos con mi bendición. De manera especial, hijitos, les doy la bendición del Pequeño Jesús. Que Él los llene con su paz. Hoy, hijitos, ustedes no tienen paz pero la anhelan. Por eso, con mi Hijo Jesús los invito en este día a que oren, oren, oren, porque sin oración no tienen ni alegría ni paz ni futuro. Anhelen la paz y búsquenla. Dios es la verdadera paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.