Mensaje del 25 de Diciembre de 2001

Queridos hijos, hoy los invito y los animo a la oración por la paz. Los invito especialmente hoy, cuando traigo en mis brazos a Jesús recién nacido, a unirse a Él por la oración y volverse un signo para este mundo sin paz. Anímense los unos a los otros, hijitos, a la oración y al amor. Que su fe sea para los otros un estímulo para creer más y amar más. Los bendigo a todos y los invito a estar más cerca de mi Corazón y del Corazón del Niño Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

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