Mensaje del 25 de Julio de 1987

“¡Queridos hijos! Hoy quisiera envolverlos con mi manto y guiarlos por el camino de la santidad. Yo los amo y por eso deseo que ustedes sean santos. No quiero que Satanás los obstaculice en este camino. Queridos hijos, oren y acepten todo lo que Dios les presenta en este camino, que es doloroso. Pero a quien comience a recorrerlo, Dios le revelará toda la dulzura de modo que pueda responder a cada llamado Suyo. No den importancia a las pequeñas cosas sino que aspiren al Cielo y a la santidad. Gracias por haber respondido a mi llamado!”