Mensaje del 25 de Julio de 1998

¡Queridos hijos! Hoy, hijitos, los invito a estar con Jesús por medio de la oración, para poder así descubrir la belleza de las criaturas de Dios mediante la experiencia personal de la oración. Ustedes no pueden hablar ni dar testimonio de la oración si no oran. Por eso, hijitos, permanezcan con Jesús en el silencio del corazón para que Él los cambie y los transforme con su Amor. Hijitos, éste es para ustedes un tiempo de gracia. Aprovechen de él para la conversión personal porque cuando tienen a Dios lo tienen todo. Gracias por haber respondido a mi llamado.