Mensaje del 25 de noviembre de 2013

“Queridos hijos: Hoy os invito a todos a la oración. Abrid profundamente la puerta del corazón, hijos míos, a la oración, a la oración con el corazón y entonces el Todopoderoso podrá obrar en vuestra libertad y comenzará la conversión. La fe llegará a ser tan firme que podréis decir con todo el corazón: ‘mi Dios, mi todo’. Comprenderéis, hijos míos, que aquí en la Tierra todo es pasajero. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

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