Mensaje del 25 de Septiembre de 2002

“¡Queridos hijos! También en este tiempo de inquietud les invito a la oración. Hijitos, oren por la paz para que en el mundo cada hombre sienta amor por la paz. Sólo cuando el alma encuentra paz en Dios, se siente satisfecha, y el amor comenzará a derramarse en el mundo. De manera especial, hijitos, estáis llamados a vivir y dar testimonio de paz; paz en vuestros corazones y familias, y a través de vosotros, la paz se derramará también en el mundo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

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