Mensaje del 27 de Noviembre de 1986

Queridos hijos, hoy también los invito a consagrarme sus vidas con amor para que yo pueda guiarlos en el amor. Los amo, hijitos, con un amor especial y deseo conducirlos a todos al Cielo con Dios. Deseo que ustedes comprendan que esta vida, en comparación con la del Cielo, dura poco. Por eso, queridos hijos, decídanse hoy nuevamente por Dios. Sólo así podré mostrarles cuánto los amo y cuánto deseo que todos ustedes sean salvados y estén conmigo en el Cielo. Gracias por haber respondido a mi llamado.