Mensaje del 28 de Junio de 1985

Queridos hijos, hoy les doy un mensaje con el cual deseo invitarlos a la humildad. En estos días ustedes han experimentado un gran regocijo por todas las personas que han venido y con amor les han contado sus experiencias. Ahora los invito a seguir siendo humildes y hablar con el corazón abierto a todos los que vengan. Gracias por haber respondido a mi llamado.