Mensaje del 30 de Mayo de 1985

Queridos hijos, nuevamente los invito a la oración con el corazón. Hijos queridos, que la oración se vuelva para ustedes el alimento de cada día, especialmente ahora que el trabajo en el campo los absorbe tanto y no pueden orar con el corazón. Oren y superarán todo cansancio. La oración será para ustedes alegría y descanso. Gracias por haber respondido a mi llamado.