Mensaje del 4 de Julio de 1985

Queridos hijos, les doy las gracias por cada sacrificio que han ofrecido. Ahora los exhorto a ofrecer sus sacrificios con amor. Deseo que ustedes, que son débiles, comiencen a ayudar con confianza y el Señor les dará la confianza. Gracias por haber respondido a mi llamado.