Queridos hijos, deseo decirles que yo he elegido esta parroquia y que la guardo en mis manos como a la flor que no quiere morir. Los invito a que se abandonen a mí para que yo pueda ofrecerlos a Dios limpios y sin pecado. Satanás se ha apoderado de una parte de mi plan y quiere hacerlo suyo. Oren para que esto no suceda porque los quiero a todos para mí para poder ofrecerlos a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.
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