Queridos hijos, en estos días los invito a poner la Cruz en el centro de todo. Oren especialmente ante la Cruz, porque de ella se derraman grandes gracias. En estos días, hagan en sus casas una consagración especial a la Cruz. Prometan no ofender más a Jesús ni a la Cruz y que no pronunciarán más blasfemias. Gracias por haber respondido a mi llamado.
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