Mensaje del 25 de Febrero de 1998

Queridos hijos, hoy también estoy con ustedes y nuevamente los invito a todos a acercarse a mí a través de sus oraciones. En este tiempo de gracia los invito especialmente a la renuncia. Mediten, hijitos, y vivan, por medio de sus pequeños sacrificios, la Pasión y Muerte de Jesús por cada uno de ustedes. Sólo si se aproximan a Jesús comprenderán el amor inconmensurable que Él tiene por cada uno de ustedes. Por medio de la oración y de sus sacrificios se han de volver más abiertos al don de la fe, al amor por la Iglesia y por las personas que los rodean. Los amo y los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

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