01/10/2018 – Aliados con la Virgen de la mano del Papa

En la fiesta de los santos arcángeles se ha publicado una importante petición del Papa Francisco a todos los cristianos de los cinco continentes, ancianos, adultos, jóvenes y niños, sacerdotes y laicos, familias y comunidades religiosas:

REZAR CADA DÍA EL SANTO ROSARIO DURANTE TODO EL MES
TERMINANDO CON UNA ORACIÓN DE PROTECCIÓN A MARÍA
Y OTRA SÚPLICA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Desde Amor de Déu queremos impulsar esta iniciativa y animar a todos al rezo del rosario diario con fe en su poder, con amor a la Virgen, y con esperanza en que el amor de Dios hace nuevas todas las cosas. Por eso, te pedimos que reenvíes esta noticia a tus contactos. El mundo necesita a María, necesita su protección maternal.

El comunicado del Vaticano insiste en la importancia de que todos luchemos contra el mal que impera en el mundo con las eficaces armas que Dios nos da: la oración, la comunión y la penitencia. Satanás, con su constante ataque a los cristianos (cf. Ap 12), busca separarnos de Dios, separarnos entre nosotros, sembrar la cizaña, que nos juzguemos, que nos acusemos unos a otros, pues no en vano él es el padre de la mentira y el acusador de nuestros hermanos día y noche, como indica el Apocalipsis.

Por eso el Papa insiste en que tras el rezo del rosario añadamos dos oraciones. La primera es probablemente la oración más antigua de la Iglesia dirigida a la Virgen María, conocida en latín como “Sub tuum praesidium”. En ella se pide la eficaz protección de la Virgen frente a todo mal y peligro. Nadie mejor que ella, cuya santidad ha pisado la cabeza de la serpiente (cf. Gn 3,15) y deshecho las obras del diablo, para defendernos de sus actuales ataques. Éste es el texto:

Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

La segunda se dirige al arcángel San Miguel, el otro protagonista de apocalipsis 12, que derrota a Satanás en la batalla celestial, y defiende a la Iglesia de sus insidias. En este caso la oración procede del Papa León XIII, compuesta después de tener una visión del humo de Satanás asfixiando a la Iglesia. Este Papa ordenó que se recitase siempre después de la misa. Dice así:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén

Por último, el Papa insiste en que tomemos conciencia de las culpas, errores y abusos que se puedan haber cometido en el pasado y en el presente, que no son sino victorias del maligno, para que así nos comprometamos “a luchar sin ninguna vacilación para que el mal no prevalezca”. En esta lucha contamos con todo el ejército celestial, y con la Virgen María como nuestra gran capitana. Nuestras armas: el rosario, la eucaristía, el amor.

https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/09/29/fiel.html