01/07/2013 – Normas para la subida del Podbrdo

La Parroquia de Medjugorje ha colocado un cartel a los pies de la colina del Podbrdo con las normas que se pide que los peregrinos cumplan, para que haya un mayor recogimiento y se pueda dar espacio a la oración personal.
Las consignas son bastante claras:

– Estar en silencio.

– No usar altavoces.

– Desconectar los teléfonos móviles.

– No dar dinero a los mendigos.

– Tirar los desechos a las papeleras.

– No dejar fotos de personas.

– No dejar peticiones o textos escritos.

– No encender velas.

– Dejar 50 metros de distancia entre grupos.

– La indumentaria de los peregrinos debe ser adecuada.

Cartel al inicio del Podbrdo

De entrada, para muchos estas normas son de lógicas y tienen sentido, de hecho no se hace otra cosa que recordar el buen comportamiento que cada visitante debería ya conocer y tener en cuenta.

Los problemas vienen, seguramente, del hecho que últimamente el Podbrdo, y Medjugorje en general, son invadidos por millares de personas. Y cuando se está en grupo, resulta muy difícil seguir estas normas básicas.

Quien no haya frecuentado nunca la montaña de las apariciones se sorprenderá que no se puedan usar altavoces: si es lógico hacer silencio, ¡imagínense si se usa un sistema de megafonía! El hecho es que, cuando un grupo es numeroso, no todos pueden seguir la oración que dirige el guía de la peregrinación, así que mientras realizan la subida, suele pasar que algún guía  de peregrinación “tecnológico” ha pensado en traerse altavoces o megáfonos para que la oración llegue a todos, algo que ahora se desaconseja.

Veremos cómo será la práctica, a propósito de los 50 metros entre grupos: para cada estación (como sucede en el Krizevac, el monte de la cruz, aquí hay también el Vía Crucis) hay grupos que están más rato en oración que otros, creando, de forma inevitable, “atascos”, ¡cómo los de las entradas de las ciudades!

Quizás lo mejor sería usar un único texto para la oración, de forma que los altavoces o megáfonos sean innecesarios, y se deje un máximo de tiempo, aunque sería una idea muy difícil y ardua de aplicar.

Quién sabe si conseguiremos que haya un equilibrio entre las numerosas personas que se congregan en estos lugares, en los que la Gospa nos llama a cada uno de nosotros. Por mi parte, espero que la llamada se concrete en un tierno abrazo de la Madre de los Cielos, y que cada uno pueda vivir estos momentos de recogimiento, tan difíciles de encontrar en cualquier otro sitio.

 

Fuente: https://www.guardacon.me