07/01/2014 – La Declaración de Zadar sobre Medjugorje

Con fecha de 17 de diciembre de 2013, la Archidiócesis de Madrid emitió una nota, firmada por la Vicaría General, acerca de las supuestas apariciones de Medjugorje, en Bosnia y Herzegovina, mediante la que tras remitir a la citada “Declaración de los Obispos de Yugoslavia”, último documento oficial de la Iglesia sobre los eventos de Medjugorje, prohibe ciertas actitudes que la citada Declaración no prohíbe.

Con la intención de ayudar a aquellos a los que la dualidad de criterio pueda ocasionar desconcierto, escribo el siguiente texto. Esta confusión ha sido el desgraciado colofón de una concatenación de acontecimientos desafortunados nacidos en Estados Unidos, acontecimientos que por haber sido descontextualizados después, han acabado malinterpretando directrices que estaban muy bien interpretadas y acotadas, y concluyendo erróneamente.

La nota de la Archidiócesis de Madrid es la siguiente:

El pasado mes de octubre, ante la anunciada visita de uno de los supuestos videntes de Medjugorje a parroquias de varias diócesis de los Estados Unidos, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Arzobispo Gerhard Ludwig Müller, quiso recordar a los obispos de aquel país, a través del Nuncio Apostólico, cómo se debe actuar respecto de las supuestas apariciones de la Virgen María en Medjugorje. Dado que se han recibido consultas sobre este mismo tema y con el fin de aclarar a los sacerdotes y a todos los fieles cuál es la postura de la Iglesia sobre este asunto, esta Vicaría General comunica lo siguiente:

1. En este momento, la Congregación para la Doctrina de la Fe está investigando algunos aspectos doctrinales y disciplinares en relación con los fenómenos de Medjugorje.
2. En cuanto a la credibilidad de las “apariciones” en cuestión, se debe aceptar la Declaración de los Obispos de la antigua Yugoslavia, fechada el 10 de abril de 1991, la cual concluye que “sobre la base de la investigación realizada, no es posible afirmar la existencia de apariciones o de revelaciones sobrenaturales”.
3. Por consiguiente, no está permitido que ningún fiel católico participe en reuniones, conferencias o celebraciones públicas en las que se dé por supuesta la credibilidad de dichas “apariciones”.

Nada que objetar al punto número 1. Es correcto en todas sus expresiones a día de hoy.

El punto número 2 es correcto también en cuanto a directriz a seguir. La Declaración de los obispos de la antigua Yugoslavia, fechada el 10 de abril de 1991, conocida coloquialmente cuando se habla del Asunto de Medjugorje como la “Declaración de Zadar”, es a día de hoy la normativa que un católico debe seguir en cuanto a Medjugorje. Ahora bien, la Declaración de Zadar no prohibe lo que sí ha prohibido Madrid. Tenemos un problema.

El punto número 3 de esta Nota de Madrid induce al error, ya que la Declaración de Zadar citada no prohíbe que nadie participe en ninguna reunión, ni celebración, ni conferencia en la que se de por supuesta la veracidad de la aparición. No lo prohibe, sino que más bien lo respeta, alentando a los sacerdotes a acompañarlas.

De esta dualidad solo te das cuenta si conoces la Declaración de Zadar.

Hay que decir que la Nota de Madrid es una copia de otra redactada en Toledo no hace muchas fechas, lo cual es peor pues es redundar en un error. Peor aún , pues si la nota de Toledo prohibe las reuniones que den “por ciertas” las apariciones, la de Madrid va más allá prohibiendo las reuniones que simplemente las den “por supuestas”.

Otra cosa es la carta dirigida a los obispos americanos citada por Toledo y Madrid, una carta que responde muy acertadamente a una imprudencia puntual de alguien en Estados Unidos a la hora de anunciar una serie de eventos en los que participaba uno de los supuestos videntes de Medjugorje que, sacados de contexto, en Toledo o en Madrid, no tienen ningún sentido redundar. He ahí el origen del error.

Si la Nota de Madrid (una copia de la redactada en Toledo y copiada también en Sevilla), si la Nota de Madrid remite a la Declaración de Zadar, no puede prohibir lo que Zadar no prohibe. Bueno, técnicamente, por prohibirlo lo puede prohibir, pero creando más desconcierto que concierto, como está pasando. Los fieles no son tontos y, o respetamos Zadar, o nos inventamos algo nuevo, pero las dos cosas a la vez no. Y como digo, no vale la carta a los obispos americanos que responde a un caso concreto que ya fue zanjado y resuelto a tiempo por los americanos, ya que aquí y ahora, con madrileños y manchegos, está fuera de contexto.

Leamos la Declaración de Zadar para aclararnos:

Los obispos, desde el mismo comienzo, han venido siguiendo los acontecimientos de Medjugorje a través del obispo de la diócesis (Mostar), la Comisión de Obispos y la Comisión sobre Medjugorje de la Conferencia de Obispos de Yugoslavia.
Basándose en las investigaciones hasta ahora realizadas, no puede afirmarse que se esté tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones. Sin embargo, las numerosas reuniones de fieles que, desde diferentes partes del mundo, acuden a Medjugorje, inspirados tanto por motivos de fe como por otros varios, requieren la atención y el cuidado pastoral primeramente del obispo diocesano, y con él, también de los otros obispos, para que, en Medjugorje y en todo aquello que esté relacionado con ello, sea promovida una sana devoción a la bienaventurada Virgen María, de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia.
Para este propósito, los obispos darán directrices litúrgico-pastorales apropiadas. Asimismo, através de su comisión, continuarán manteniéndose cercanos, e investigando todo cuanto acontece en Medjugorje.
En Zadar, 10 de abril de 1991.
Los obispos de Yugoslavia.

Según esta Declaración, nadie tiene prohibido acudir a ningún acto que “esté relacionado con Medjugorje”, participando en “reuniones, conferencias o celebraciones públicas” en las que se dé credibilidad a la supuestas apariciones, como de hecho así sucede en Medjugorje y no está prohibido. Es más. La Declaración de Zadar deja muy claro que: “Las numerosas reuniones de fieles que, desde diferentes partes del mundo, acuden a Medjugorje, inspirados tanto por motivos de fe como por otros varios, requieren la atención y el cuidado pastoral”.

A las personas que hayan redactado la Nota de Madrid, o mejor dicho copiado de la Toledo salvo matices; a las que lo hayan hecho en Toledo y en Sevilla, y a los responsables que la hayan dado el visto bueno, les pido con humildad y respeto que rectifiquen en la medida de lo posible, dada la tremenda confuisión creada, ateniéndose, acotando, y obedeciendo a la Declaración a la que como pastores nuestros nos remiten, esto es, a la Declaración de Zadar, la cual pide explícitamente el cuidado pastoral de todos aquellos fieles que se reúnen en Medjugorje o en todo aquello que se refiere a Medjugorje ya fuera inspirados por motivos de fe, los que fueran, o no, los que fueran también, o por otros motivos, los que sean, lo cual incluye también creer o no en las apariciones, o creer solo en algunas, o en todas, o no creer en ninguna, porque la declaración de Zadar no se mete en ese jardín en el que la declaración de Madrid se ha metido, siguiendo el texto de Toledo que a su vez siguió una nota interna para los obispos americanos, quienes ya ni se acuerdan de esto.

Cuando los obispos de la ex Yugoslavia hablan de las numerosas “reuniones de fieles” que se dan en Medjugorje, se refieren a la Santa Misa que se celebra en Medjugorje, y a otras celebraciones litúrgicas, sacramentales, de oración y de vida comunitaria en torno a la fe y la Palabra, en las que de forma implícita siempre, y explícita muchas veces ya sea en homilías, testimonios, enseñanzas y catequesis, se dan por veraces las aparciones. Esto ni lo prohibió Zadar en su día, ni lo prohibe Roma a día de hoy. ¿Por qué entonces lo prohibe Madrid? Porque según la Nota de Madrid, en Madrid sí está prohibido desde hace unos días.

Cuando los obispos de la ex Yugoslavia hablan de las motivaciones de esos fieles para reunirse en Medjugorje, según dice Zadar: “Inspirados tanto por motivos de fe como por otros varios”, no sé a qué se quieren referir exactamente. Podrían referirse efectivamente a la posibilidad de que alguien crea en las apariciones, o no. No lo sé. Pero sí que sé que no están prohibiendo ir a esas reuniones y celebraciones en las que se puede dar o no credibilidad a las apariciones, creyendo en ellas o no, o sí, o lo que la gente quiera creer. Obviamente, que no hace falta ser Aristóteles para deducirlo, se refieren precisamente a los fieles que van allí inspirados en la creencia de que en Medjugorje se aparece la Virgen. ¿Qué va a inspirar si no a nadie para ir a Medjugorje a nada? Prometo a quien quiera leer esto que después de haber estado en Medjugorje más de veinte veces, Medjugorje no tiene ninguna otra motivación que la posibilidad de que allí se aparezca la Virgen María, una inspiración que se ve confirmada en los frutos, unos frutos que siendo tan buenos para muchos parecen no ser nada más que malas noticias para otros. Estos “otros” son los sepulcros vacíos del Evangelio, los hermanos mayores del Hijo Pródigo, de verdad, agoreros de mala muerte, desperanzados y funestos, que ni aunque resucitase un muerto creerían en lo que otros tantos hermanos suyos, les cuentan; que se entristecen con la manera de vivir la fe del converso de Medjugorje. Son los fariseos del capítulo 9 de Juan, los vecinos de aquel ciego de nacimiento al que Jesús dio la vista y al que injurian hasta hartarle. Aunque bueno, si de motivaciones por ir a Medjugorje se trata, os confieso que en una ocasión conocí a un hombre de Cataluña que viajaba a los Balcanes de turismo sexual. Es cierto que la motivación de este hombre no era la creencia en las apariciones marianas, pero bueno, acabó en Medjugorje y algo pasó allí entre él y Dios que poco tenía que ver con los clubs de alterne. O tal vez fue de eso precisamente de lo que hablaron, ¡que Dios se habla con todos! La cosa es que se convirtió. Gracias a Dios también para los que van allí no creyendo en las apariciones hay asistencia pastoral, como pide Zadar, y se pudo confesar, no como pasa en alguna parroquia de Madrid, que si te quieres confesar te tienes que ir a otra. De hecho, este hombre podría haberse confesado en unos veinte idiomas diferentes en Medjugorje, incluido el catalán, que es lo que hizo. La tierra es la tierra y los pecados como mejor te salen es en la lengua de tu madre, incluso de tu madre nacionalista. Después de décadas cabreado con la vida y con la Iglesia, “volvió a casa”. La última vez que supe de él era un hombre de Misa diaria y que procuraba no ir de putas. No sé si su propósito le sale bien o no, pero prohíbele asistir a nada creyendo en nada, que ya le da igual. Él se encontró con Cristo y punto. Al que le moleste, que se confiese si puede. Es tan absurdo…

Volviendo al asunto. Nadie pide que se declare como auténtico y veraz lo que aún Roma (Ni Zadar en su día, hace 23 años) no declaró como auténtico. Nadie pide que desde Madrid se declare como oficial lo que Roma no ha declarado oficial. Lo que se espera es que no se prohiba lo que ni Roma ni Zadar han prohibido, y ya que han tocado el tema nuestros pastores por primera vez en 32 años, lo que se pide es que procuren “atención y el cuidado pastoral […], para que en todo aquello que esté relacionado con Medjugorje, sea promovida una sana devoción a la bienaventurada Virgen María, de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia”, obedeciendo al punto 2 de la Nota redactada por Toledo y que remite a la Declaración de Zadar. Eso es lo que piden tantos peregrinos de Medjugorje: que se obedezca la Declaración de Zadar. Hasta ahora yo me conformaba conque se ignorara, pero ya no. Una vez que han tocado el tema, pido que a los que nos reunimos en oración, hacemos o promovemos peregrinaciones, y damos conferencias, inspirados por los eventos de Medjugorje, aunque solo sea creyéndonoslo un poquito (que a mí me sigue costando), nos procuren atención y cuidado pastoral, como indica claramente la Declaración de Zadar.

Hace años tuve el inmenso placer de realizar un profundo estudio sobre Medjugorje. En ese trabajo me preocupé por conocer la verdad. Me di de cabezazos contra las paredes de mi obstinada razón y la del mundo durante meses. Una de las cosas que hice fue entrevistarme con diferentes autoridades eclesiásticas de Bosnia y Herzegovina, entre otros con monseñor Franko Komarica, Presidente de la Conferencia Episcopal de Bosnia y Herzegovina. Él mismo me contó que “todo el mundo sabe que en Medjugorje hay un signo, una aparición”. Pues la verdad, yo, como he dicho muchas veces, no sé si en Medjugorje se aparece la Virgen María o no. No lo sé porque no la he visto, aunque ya os he dicho que me lo creo. Os prometo que, en búsqueda de la verdad, si la hubiese visto la hubiese entrevistado también. Pero no, no lo puedo afirmar. Ahora, lo que sí que sé es que Zadar y Roma no prohiben lo que se ha prohibido en Madrid.

Sí, en la adoración Eucarística que cada miércoles se celebra en San José de la Montaña, abarrotada de gente como tantas parroquias me gustaría que se llenasen (recomiendo ir a todo el mundo, aunque sea por curiosidad, inspirados por motivos de fe o no), en una actividad promovida por un grupo de fieles laicos, durante el rezo del rosario se leen algunos de los miles de mensajes que la Virgen María habría dado en Medjugorje. Supongo que esto es darle credibilidad a las apariciones. No se van a leer unos mensajes que se crean inventados. Y sí, la gente acude allí, entre otras cosas, porque se les da credibilidad, y porque un grupito de sacerdotes de la diócesis les dan ese acompañamiento pastoral. Ahora, si alguien quiere, se prohibe esa adoración, Eucaristía y oración. Ponerlos a prueba. Obedecerán y ya no harán lo que hacen como lo hacen, pero seguirán rezando, con más fervor si cabe aún, en sus casas, en la calle, en sus parroquias, sin parar. Prohibidles entonces leer esos mensjes. También os obedecerán, pero los leerán en sus casas, y los comentarán, y lo mejor de todo: ¡los tratarán de vivir! Oración, Confesión, Biblia, Ayuno y Eucaristía. ¿Esos son los mensajes de origen dudoso? Si nos llegan a proponer Solidaridad, Ecología, Pluralidad y no se qué cosas más, no se dudaría de ellos. Así es como lo siento.

He conocido a muchos fieles y peregrinos de diferentes realidades de la Iglesia. Muchos de ellos me han conmovido profundamente. He conocido comunidades católicas del norte ortodoxo de Bosnia; en Tayikistán, donde 150 fieles cristianos viven entre siete millones de musulmanes; en Jartum, la capital islámica de Sudán; En Aleppo, al norte de Siria, asfixiados por los regímenes coránicos; y en Israel, donde todo vestigio cristiano tiende a desaparecer. Pero si algo de España tengo que contar cuando salgo por ahí, cuando en esos lugares me han preguntado por la fe occidental, de lo que hablo es de aquellos peregrinos que han vuelto de Medjugorje. A los cristianos de Tayikistán, Bangladés, Tierra Santa o Sudán, les conté que el fuego apostólico y evangélico que traen dentro los peregrinos de Medjugorje, es incombustible. Agotador pero inagotable. Puede con quien sea y con lo que sea. Si se les prohibe esa reunión dejarán de hacerla, pero arderán en oración, y cuando alguien les pregunte de donde sacan esa devoción, contarán que una vez fueron a un lugar perdido de la ex Yugoslavia creyéndose creyentes y que volvieron sabiéndose amados, lo que les hizo almas orantes en medio del mundo, sin remisión. Prohibidlo y se multiplicarán. No sé cómo lo hacen, pero suele pasar. Ya ha pasado más veces y volverá a pasar.

¿Se prohibirán también los libros en los que alguien de un testimonio y cree en que la Virgen María se aparezca en Medjugorje? ¿Se prohibirá también que la gente vea la película de Juan Manuel Cotelo, Mary’s Land? Esas proyecciones son reuniones públicas, en ocasiones promocionadas de alguna manera por la Diócesis de Getafe, que forma parte de la Archidióceis de Madrid, y en esa película hay al menos cinco testimonios, cinco, en los que sus protagonistas dan por veraces las apariciones. ¿Prohibimos ir a ver Mary’s Land?

Por favor, un respeto. Algunos hemos estudiado la Declaración de Zadar, que no afirma ni que en Medjugorje se aparezca la Virgen ni que no lo haga. Lo que dice Zadar es que los obispos de la ex Yugoslavia no sabían si en el Medjugorje de 1991 se aparecía la Virgen o si no, que hay que seguir investigando, y que la Iglesia debe cuidar pastoralmente todo lo que tiene que ver con Medjugorje. ¡Que cuidar, no que prohibir!

No me reconozco del todo escribiendo y publicando esto, pero todo tiene su límite. No lo pongo yo. Yo lo defiendo. En lo que a Medjugorje se refiere, el límite por ahora lo pone Roma, remitiendo a Zadar. Ni Toledo ni Madrid. Tampoco yo. Roma.

Una ve dicho todo esto:

De todos es sabido que los frutos de Medjugorje son buenos. Lo que de allí nos traen los peregrinos, testigos, reporteros y periodistas, son buenas noticias. Seamos sinceros, los miedos y juicios contra Medjugorje vienen porque los dos obispos del lugar, tanto el anterior como el actual han sido y son contrarios a la veracidad del testimonio de los videntes de Medjugorje. Sin embargo, Roma ha quitado al obispo actual su potestad para juzgar nada sobre Medjugorje, porque Roma conoce un problema interno de la iglesia local donde, lamentablemente, se ha utilizado Medjugorje como arma arrojadiza, y esto no es justo, porque, ¿y si es verdad que la Virgen quiere decir algo a sus hijos en Medjugorje? Veréis, ya sé que la Revelación ha sido completada, y que no hay nada más que añadir, pero también sucede a veces, como dice el punto 67 del propio catecismo de la Iglesia, que: “A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas “privadas”, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de “mejorar” o “completar” la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia”. Bien, ¿y si Dios, en su infinitísimo Amor por cada uno de nosotros, por todos y cada uno, ha optado por enviarnos a su madre con el fin de ayudarnos a vivir más plenamente la fe en Cristo en esta época de la Historia?”. Si hay gente que cree en esto, ¿qué problema hay, al menos a día de hoy, que no hay ningún dictamen contrario de Roma? Dicho de otra manera, ¿por qué no dejamos en paz a quien así lo crea y a quien ha visto avivada su fe? ¿Porque no es oficial? Explicaría un par de anécdotas sobre la oficialidad de algunas cosas, pero como he dicho, en Bosnia se ha usado Medjugorje como arma arrojadiza entre dos partes de mi Iglesia, enfrentadas desde hace siglos, y yo no voy a hacer lo mismo que ellos. Medjugorje, como me dijo el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, hace unos meses en Honduras, no es un arma arrojadiza, sino un “GPS espiritual”.

Me da pena. En 2009 escribí un libro sobre Medjugorje. Fueun trabajo costoso, difícil, que me llevó hasta el límite de mi razón para enfrentarme a los de mi fe. No se lo deseo a nadie, pero para conmigo, el plan de salvación de Dios pasaba por ese proceso tan terrible. Pensé que el fruto de ese trabajo sería que si alguien alguna vez quería asomarse lo más cerca posible de la verdad sobre el asunto de Medjugorje, lo tendría más fácil. Años después veo cómo ni si quiera se leen la Declaración de Zadar, a la que citan descontextualizándola, y utilizando tan solo una parte para concluir algo que el citado documento no concluye. Años después veo cómo hay tanta gente a la que no le importa tanto la verdad como el salirse con la suya, bajo vete tú a saber qué intereses o miedos, cayendo en un error que pienso de torpeza más que de maldad. Ahora bien, a los que parecen disfrutar con estas piedras en el camino que se ponen a los pasos de la Virgen, confirmados con los innegables frutos de los eventos de Medjugorje -y me da igual que sean apariciones que no lo sean-, los que ponen esa piedras en su camino y además algunos pareciendo disfrutar, lo tienen en japonés. Peor aún. La Virgen María ha elegido muy bien a sus hijos porque no ha elegido ni a sabios ni a listos, sino a los peor, y estos, sbiéndose tan pequeños, se han aferrado no a lo que les han contado o a lo que han leído, sino a lo que ellos han vivido. Y eso es irrebatible. La experiencia de Dios te lleva a dar la vida por Él. Los planes de la Virgen saldrán adelante, porque ya lo están haciendo. Los malos han llegado tarde en esta ocasión y, al revés que en Garabandal, tienen bastate perdida su batalla.

Medjugorje es una inmensa fuente de Gracia. Inemsísima, y Roma está tratando el asunto con mucho cuidado y respeto. Con el amor de una Madre. Por favor, ese cuidado y respeto es el que pedimos que se le de aquí, en Madrid.

Lo peor de todo es ver cómo se utiliza como arma arrojadiza lo que es una innegable gracia de Dios, insisto, en formato de apariciones o de lo que sea, pero ya confirmada en sus frutos y sustentada por el sufrimiento, incluso de la tortura física aplicada por las autoridades comunistas, a sus protagonistas. Por todo ello, que se lea, se interprete correctamente y se cumpla la Declaración de Zadar.

Jesús García.
www.jesusgarciaescritor.es

Fuente:  www.religionenlibertad.com