1/12/2013 – Lo que no debe pasar en Medjugorje

En  Medjugorje y a raíz de la expansión del mensaje de Medjugorje en el mundo de la fe, estoy  notando desde hace un tiempo  algunos comportamientos negativos que me gustaría exponer con el fin de provocar cierta reflexión al respecto y conseguir que se modifiquen dichos comportamientos.

1.- Mensajes terroríficos

Cada vez hay más folletos y boletines donde se habla de presuntas apariciones, revelaciones y diálogos celestiales (más o menos relacionados con Medjugorje) los cuales anuncian castigos inminentes y acontecimientos catastróficos para purgar los delitos y pecados que se cometen en el mundo.

Estos mensajes terroríficos provienen de personas procedentes de extracciones místicas: “una persona piadosa, una alma devota, una religiosa de vida santa, una vidente que quiere mantenerse en el anonimato”…

La mayoría de veces se trata de personas psicológicamente débiles y quizás movidas por la indignación religiosa contra los desórdenes morales que afligen a la sociedad moderna  y la Iglesia de Dios.

Por un exceso de celo y por el deseo de “extirpar” el mal, estas personas recurren al Apocalipsis, a las amenazas, a dar miedo. Se trata obviamente de invenciones fantasiosas y quizás estas revelaciones son fruto de la inconsciencia y de un convencimiento enfermizo de ser destinatarios, emisarios y portavoces de las revelaciones de Dios, de la Virgen, de los ángeles y de los santos.

Ante estos hechos, se debe tener en cuenta que nuestro Dios es el Dios de la paz, de la alegría, de la serenidad y del amor. Dios no nos quiere inquietos y asustados.  Dios inspira confianza y no terror. Las escrituras del Nuevo Testamento nos dan a conocer un Dios que con un corazón de padre y de madre, nos ama y nos quiere. Jesús desde de la cruz  nos llama a la conversión con amor y  sin amenazas. Despierta en todos nosotros confidencias y abandono total.

Aquellos que aún con buenas intenciones quieren convertir al mundo inventando visiones, revelaciones celestiales, amenazando con cataclismos, sembrando el pánico entre la gente, son falsos profetas, no inspirados en Dios sino engañados por Satanás.

Y si alguna vez Dios en la Biblia ha hablado del Apocalipsis ha sido de manera excepcional y solo Él puede hacerlo.

Con estas amenazas atribuidas incautamente a Dios la gente no se convierte sino que pierde la fe porque piensa que Dios es malo y un tirano.

Las amenazas que se inventan no generan amor sino terror, desilusión, desconfianza, rabia y rebeldía.

San Pablo mismo nos pide que no nos dejemos turbar ni engañar. “Que nadie os engañe” nos dice. Dios no quiere nuestra cólera sino que quiere conseguir nuestra salvación  mediante Jesucristo que murió en la cruz por nosotros.

Por lo tanto estas revelaciones de dudosa procedencia no merecen ningún tipo de atención.

2.- No masacrar a los videntes

Un segundo comportamiento desconcertante es el de algunos peregrinos, especialmente italianos, que van a visitar a los videntes a su casa. Son peregrinos petulantes que no tienen ningún respeto por la resistencia física y humana de los videntes, no respetan la privacidad de sus familias ni la de los propios videntes.

Salvaguardando preguntas legítimas y lógicas sobre la esencia de los mensajes y la experiencia personal de los videntes, hay peregrinos que les hacen preguntas absurdas e increíbles. Parece que confundan a la Virgen con una empleada de una oficina de información,

Otros peregrinos en lugar de dejar al responsable de la peregrinación las intenciones y oraciones de todo el grupo, les gusta explicar a los videntes con pelos y señales sus sufrimientos y problemas. Teniendo en cuenta que en un día,  Marija y Vicka pueden ver a miles de personas, algunos piensan que los videntes son una especie de súper  ordenador capaz de memorizar los problemas de cada uno de los peregrinos.

La Virgen conoce las necesidades e intenciones de cada uno y por tanto es inútil explicar  a los videntes lo que la Virgen ya sabe.

Otros peregrinos confunden  a los videntes con la propia Virgen y quieren  tocarlos, besarlos, acariciarlos, ponerse encima de ellos porque creen que les traerá suerte y recibirán más gracias.

Dios no necesita a nadie para cumplir sus maravillas.

3,.- No dejar el rastro de tu visita

Un tercer aspecto negativo es el exhibicionismo pseudoreligioso que también se da en otros lugares de oración y culto y que lleva a ciertos peregrinos a dejar una muestra de que han estado allí. Asistimos pues a una proliferación de recuerdos personales, imágenes, cuadros, fotos, estatuillas, cruces, rosarios, papeles, escritos que la gente deja en la iglesia, en el entorno, en el Podbrodo, en el Krizevac, sin criterio,  y  sin ningún tipo  de autorización y sin haber consultado a las autoridades de la parroquia.

Los religiosos de la parroquia están muy ocupados la mayor parte del tiempo y es por ello que dichos peregrinos aprovechan para dejar sus recuerdos en los lugares más inverosímiles.

4.- No profanar el lugar santo ni la confesión

Una permisividad extendida ha llevado a que algunos turistas de las playas dálmatas pero también algún peregrino desconsiderado, llegue a Medjugorje y pasee con ropa poco decorosa para un lugar santo como este. Sin querer ser puritano, se debe recordar que pantalones cortos, minifaldas y escotes pronunciados no hacen honor a dichas personas, Los religiosos no pueden hacer nada la mayoría de las veces pero cada uno debería tener  sentido común y el buen gusto de vestirse según las exigencias del lugar y de la modestia cristiana.

Querría además comentar otro aspecto negativo que he detectado en Medjugorje  a partir de escuchar muchas confesiones en diferentes lenguas de peregrinos de diferentes países  en el prado que hay  al lado de la Iglesia. He constatado que muchos italianos no saben confesarse. Era una impresión mía pero nunca había tenido la osadía de decírselo a nadie. Un día se habló en la comunidad con los sacerdotes de Medjugorje y con los de los pueblos vecinos y me di cuenta de que ellos habían notado lo mismo. “Los italianos confiesan más voluntariamente  los pecados de los otros que  los suyos propios. Incluso aquellos que confiesan sus pecados tratan de justificarlos y atenuarlos. Muchos demuestran tener más necesidad de un terapeuta que de un confesor.

Son algunos de los aspectos de la vida que no me gustaría ver en Medjugorje. Ante millones de peregrinos llenos de fe y deseosos de una auténtica conversión, los comportamientos de los que he hablado son insignificantes. Pero haberlos puesto en evidencia puede ayudar a alguno que vaya  a Medjugorje  a tener actitudes más en consonancia con la piedad, la humildad y la confianza en Dios,

 

P. Barnaba Hechich , franciscano del pontificio Ateneo Antonianum de Roma.

Nacido en San Pedro en Selva, Croacia  (en aquel momento formaba parte del Estado Italiano ) el 8 de febrero de 1924 y fallecido enSaccolongo (Padua, Italia) el 23 de octubre de 2013

Traducción del italiano a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org