19 de marzo de 2021 Muy queridos amigos, alabados sean Jesús y María:

¡No nos desanimemos!

¿Huérfanos de Padre? ¿Acaso este año no ha sido consagrado a San José? Una gran santa de Portugal, la beata Alessandrina da Costa, escuchó lo siguiente de boca del mismo Jesús: “Pídeme lo que quieras en nombre de Aquel que, en la Tierra, fue mi padre adoptivo. Pídele, y diles a todos que me hagan sus peticiones a través de quien puede obtener de mí en el Cielo lo que todos los santos juntos no logran”.

¡Extraordinario! ¡Es como para que lo recordemos y le saquemos provecho!

Finalmente llegamos al día de su fiesta… No nos perdamos las gracias especiales que derramará en el día de hoy, 19 de marzo de 2021. ¡Pidámosle todo lo que necesitemos con la santa audacia de los santos!

¡Pero cuidado! San José tiene un corazón muy tierno. Iniciemos nuestra oración con un sincero agradecimiento por todas las gracias visibles e invisibles que él ya nos ha obtenido. ¡Su corazón se conmoverá! Un niño que agradece a su padre consigue todavía más de él, porque lo desarma con su amor.

Muchos sufrimos en nuestras familias. San José es el “Protector de las familias”. Pidámosle su auxilio sin dudar de su poder. Oremos con esperanza por nuestros familiares, sin juzgarlos. ¿Por cierto los “primos” de Jesús en Nazaret no le complicaron bastante la existencia?

¿Algunos sufrimos por falta de trabajo? San José es el “Patrono de los trabajadores”. He recibido muchos testimonios de personas que encontraron un empleo después de haber hecho una o dos novenas a este artesano ejemplar.

¿Otros sufrimos de opresión por parte del Maligno? San José es el “Terror de los demonios”. Invoquémoslo como tal. Y si estamos en estado de pecado grave renunciemos sinceramente a ese pecado y busquemos a un sacerdote para hacer una buena confesión; entonces la paz volverá a nuestro corazón. Satanás no soporta la intercesión de San José porque nunca ha logrado desviarlo de su camino. José lo ha vencido por su indefectible obediencia a Dios.

¿Estamos enfermos? Invoquémoslo como “Consolador de los enfermos”. Pidámosle que nos sane y que nos fortalezca para llevar nuestra cruz sin quejarnos, como lo hizo él.

¿Le tememos a la muerte? San José es la mejor persona a quien podemos invocar, porque es el “Patrono de los moribundos”. Nos dará tranquilidad ante este pasaje que es en realidad un nacimiento, y él mismo nos acompañará como un padre conduce a su hijo querido por un sendero que le es desconocido.

¿A algunos nos resulta difícil la relación con la Iglesia actual? San José nos obtendrá amarla tal cual es y permanecer fiel a su Magisterio en el seno de las confusiones o persecuciones, porque es el “Protector de la Santa Iglesia”. María ha dicho: “¡La Iglesia es mi Hijo!” José vela por Ella como la pupila de sus ojos y sufre con Ella. No es momento de abandonar la barca. ¡Jesús está en ella!

¿Le tememos al porvenir? San José siempre ha sido contrariado en sus propios planes, y su sumisión a los acontecimientos aun muy difíciles le ha permitido realizar la voluntad del Padre sobre su propia familia y así le abrió el camino a Jesús para la realización de su misión.

¿Sufrimos de soledad? San José es el amigo perfecto que ofrece signos de su amistad a los que le hablan con el corazón y comparten con él la simplicidad de su vida cotidiana.

¿Padecemos de depresión? San José, al comprobar que María estaba encinta, experimentó un dolor indescriptible en su corazón, especialmente porque no comprendía qué sucedía con Ella. El mundo se le vino encima, pero tuvo la fortaleza de comportarse como un hombre justo y la hora de Dios llegó para él. Clamemos a Dios con fe como lo hizo san José y él unirá su plegaria a la nuestra apresurando la hora de Dios para nosotros.

¿Pasamos necesidades? San José supo vivir con casi nada, pero su fe infalible en la Divina Providencia hizo que los suyos nunca faltaran de lo necesario. Él nos inspirará esta confianza, de la que Jesús le habla a santa Faustina: ¡esta confianza inquebrantable que lo obtiene TODO!

¡Feliz fiesta, San José! ¿Ves todo el trabajo que te hemos dado hoy? Pero sabemos que tu alegría consiste en servir, ayudar, consolar y guiar a los hijos de Dios por el buen camino. ¡Eres verdaderamente el hombre que necesitamos! Por lo tanto, nos queda una sola palabra para decirte:

¡Gracias, gracias, gracias!

 

Sor Emmanuel +

(Comunidad de las Bienaventuranzas)

PS: A continuación, un regalito de Sor Emmanuel en el día de San José. Está en francés, ¡pero San José conoce todas las lenguas! Unámonos en oración para honrarlo en su día con sus Letanías.