En todos estos años no sólo han descubierto el éxito editorial, sino algo mucho mejor para ellos, la Virgen María, en un proceso en la que su fe ha ido aumentando hasta ser ahora el centro de su familia.
Un viaje que cambió su vida
En una entrevista en el semanario Credere hablan del viaje a Medjugorje en 2011 que ha transformado completamente la vida de este matrimonio de escritores italianos residentes en Viena.
Francesco relata que “un amigo jesuita nos dijo que en nuestra vida faltaban las peregrinaciones marianas: nunca habíamos hecho una juntos. Rita solo de niña, con sus padres. Yo ni siquiera eso (fue bautizado en secreto por su abuela). Así fue como finalmente decidimos hacerla. El primer pensamiento fue ir al santuario austriaco de Mariazell, en las montañas de Estiria”.
Mientras tanto, Rita explica que su madre, muy devota de la Virgen de Lourdes, les dijo que fueran al santuario francés. Y así se decidieron a buscar viajes en las vacaciones para ir a la gruta en la que María se apareció a Santa Bernardita.
Los “curiosos” sucesos que rodearon el viaje
“Sin embargo –añade ella- sólo encontrábamos viajes a Medjugorje. Francesco nunca había oído hablar de él, y a mí me sonaba vagamente cono uno de los muchos lugares de apariciones marianas”.
Pero ante el extraño hecho de que en su búsqueda de internet “Peregrinaciones de Viena a Lourdes” únicamente aparecieran peregrinaciones a Medjugorje, Francesco y Rita lo vieron como una señal y reservaron una peregrinación a Bosnia.
Este era el inicio de un viaje que no olvidarían nunca y que cambiaría su existencia. “El comienzo del viaje ya fue singular”, cuenta Rita, que explica que “el taxista que tuvo que llevarnos a la estación de autobuses, un hombre joven de familia islámica bosnia, no conocía la parada, y nosotros sólo sabíamos que estaba cerca de la estación de tren. De repente, una anciana, pobre y muy triste, se acercó con una maleta y un pedazo de papel en la mano. Nos pidió que llamáramos por teléfono a ese número porque ella no tenía teléfono móvil: ¡había perdido el autobús a Medjugorje y quería localizar al conductor del autobús!”.
En medio de una auténtica multitud, esta humilde anciana se había dirigido directamente a ellos, que también habían perdido el viaje a Medjugorje ¿Casualidad?. “Llamamos de inmediato y el taxista y el conductor del autobús se pusieron de acuerdo: nos esperarían en una estación de servicio en la autopista, pero teníamos que darnos prisa”, cuenta Francesco.
Las cinco piedras de Medjugorje
En el taxi iban ya el matrimonio, sus hijos y la anciana. Pero ahora había que añadir el entusiasmo del taxista, que calificaba de milagro lo sucedido y quería saber todo sobre Medjugorje. Incluso empezó a alabar a la Virgen María y cómo es citada en varias ocasiones en el Corán. Así fue el inicio del viaje.
De su experiencia en Medjugorje, Rita afirma que la primera lección que aprendió fue la humildad. “Nuestros compañeros en la peregrinación eran en su mayoría mujeres ancianas llenas de dolorosas historias personales y familiares e incluso dolencias muy serias, pero siempre estaban con una sonrisa en sus rostros. Esto fue un gran milagro, incluso más que los fenómenos que cualquier persona familiarizada con Medjugorje conoce bien”, recalca la escritora.
Desde aquella peregrinación “nuestra vida ha cambiado”. Han vuelto a Medjugorje hasta siete veces y afirman convencidos que “al volver a casa sentimos que María está con nosotros”.
Francesco recuerda además que “el mensaje de nuestra Madre es muy claro y sus enseñanzas no dejan lugar a dudas: actuar por el bien del prójimo de la manera más ‘efectiva’ y divina”. Por su parte, Rita afirma haber aprendido allí otra lección: el perdón.
Además, ambos cuentan que para combatir al demonio, el mundo y la carne la Virgen propone las famosas cinco piedras: ayunar con pan y agua dos días a la semana, rezar el Rosario, leer diariamente la Biblia, al menos una confesión mensual y misa diaria. “¡Podemos testificar que, a pesar de los ajustes inevitables vinculados a las contingencias de la vida, podemos hacerlo!”.
Fuente: https://carifilii.es