21/11/2013 – Medjugorje y la carta del nuncio Viganó

Por Guido Villa- Correponsal  Vaticano

Sobre la carta que el nuncio apostólico Carlo Maria Viganó escribió el pasado 21 de octubre a la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos refiriéndose a una serie de encuentros previstos en aquel país con el  vidente de Medjugorje, Ivan Dragicevic, se ha escrito y se ha hablado mucho estos últimos dias. La mayoría de las veces, por desgracia, se ha puesto en evidencia el poco conocimiento de las normas, de la posición  y de las líneas de actuación que marca la Iglesia en estas circunstancias, hasta el punto de convertir una simple carta de rutina en una presunta muestra de clara oposición  por parte de la Santa Sede a las apariciones de Medjugorje.

En realidad, tras casi 30 años de apariciones, esta carta no es la primera y posiblemente no sea la última, al contrario, tanto en el tono como en el contenido, es mucho más suave y comedida que otras cartas enviadas en el pasado por los obispos Zanic y Peric, de  la diócesis de Mostar, en Bosnia Herzegovina, a la que pertenece la parroquia de Medjugorje desde el inicio de las apariciones en 1981.

No es difícil entender el motivo que ha propiciado el envío de esta carta.

El vidente, Ivan Dragicevic – que no es bosnio como algunos han dicho sino croata- fue invitado a una serie de encuentros de oración, algunos de los cuales estaban previstos en el horario en que él dice tener las apariciones de la Virgen y dichos encuentros debían celebrarse en locales parroquiales e iglesias. Este hecho motivó que alguien advirtiera al obispo local, llegando la noticia a través de los canales oficiales a la Santa Sede. El nuncio de los Estados Unidos, por indicación de la Santa Sede advirtió a los obispos locales de que clérigos y fieles no podían participar en encuentros, conferencias y celebraciones públicas hasta que no se diera la aprobación oficial a dichas apariciones. Si los encuentros tuvieran lugar en las iglesias o locales propiedad de la Iglesia significaría dar un aval oficial a los acontecimientos que están sucediendo en Medjugorje, cosa que aún no es posible.

Para entenderlo mejor hay que tener en cuenta el caso que ocurrió en Civitavecchia en 1995 en casa  de la familia Gregori. Una estatuilla que habían traído de Medjugorje y que estaba en su jardín empezó a llorar: Fabio Gregori quería llevar la estatuilla a la iglesia pero el párroco, D. Pablo Martin, se opuso firmemente, pues hubiera parecido que la Iglesia daba credibilidad a un hecho sobrenatural todavía no probado. Por el mismo motivo, el entonces obispo de Civitavecchia, Monseñor Girolamo Grillo, ordenó al párroco que ni tan siquiera tuviera la estatuilla en su casa.

El contenido de la carta no es por tanto la anticipación de un juicio negativo de la Santa Sede sobre Medjugorje sino una muestra una vez más de la actitud y posición de la Iglesia ante hechos como este.

La misma declaración de Zadar de 1991 de la entonces Conferencia Episcopal Yugoslava no representa un rechazo definitivo a los hechos de Medjugorje.

En esta declaración se afirmaba que en base a las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento no era posible afirmar que hubiera habido estas apariciones o revelaciones. Pero en ningún momento se prohibieron las peregrinaciones, solo las oficiales. No se prohibió a los sacerdotes que fueran a Medjugorje o que participaran como asistentes espirituales en peregrinaciones privadas siempre y cuando estas se realizaran con sana devoción a la Virgen María y en armonía con las enseñanzas de la Iglesia.

Que la declaración de Zadar, citada en la carta del Nuncio, no representa un rechazo definitivo a las apariciones de Medjugorje, lo demuestra la nueva comisión encargada por Benedicto XVI y coordinada por el cardenal Ruini para estudiar el fenómeno.

El emisor de Radio Mir de Medjugorje es colaborador oficial del emisor radiofónico de la Conferencia Episcopal Croata Hrvatski katolicki Radio; el oficio semanal de la archidiócesis de Zagabria Glas Koncila, que se vende en todas las iglesias de Croacia y de Bosnia Herzegovina, publica de vez en cuando noticias de peregrinaciones a Medjugorje y con motivo del 30 aniversario de las apariciones, le  dedicó sus dos páginas centrales.  Esto es una señal de que si bien no aprobando (todavía) las apariciones,  la iglesia croata sigue con interés estos acontecimientos que la mayoría de fieles católicos croatas considera que fueron esenciales y decisivos para conseguir liberarse del comunismo y para la salvación de Croacia en el transcurso de la Guerra por la Patria defendiéndose de la agresividad serbia que fue profetizada por la  Reina de la Paz en su primera aparición a los videntes el 25 de junio de 1981, justo en la misma fecha, diez años antes  del inicio de la guerra de la ex-Yugoslavia.

En realidad esta necesidad de conocer cuanto antes la decisión definitiva sobre los acontecimientos de Medjugorje solo la tienen los fanáticos y los adversarios  de las apariciones.

La Iglesia actúa como siempre, con extrema prudencia a la hora de evaluar estos hechos. Tanto es así que aún no han sido probadas las apariciones de 1948 de la Virgen de la Revelación a Bruno Cornacchiola ante las Tre  Fontane de Roma, muy a pesar  de las más altas autoridades eclesiásticas, incluido  el papa Pío XII.

Después de un largo periodo de hostilidad de los obispos locales y a la espera de una aprobación definitiva, en Fontanelle, en las proximidades de  Montichiari (Brescia) y en Schio (Vicenza) ha sido autorizado, como ha venido pasando en las Tre Fontane , el ejercicio de culto y el acompañamiento pastoral oficial de numerosísimos peregrinos que allí acuden.

Considerando estos precedentes, no se excluye que en breve haya algún tipo de reconocimiento oficial de las apariciones de Medjugorje y la Santa Sede derive a  un delegado apostólico la gestión y control de la pastoral y de los peregrinos que vayan a Medjugorje. Esto supondría un  verdadero revés para  los deseos del obispo de Mostar que querría que las apariciones fueran consideradas como no sobrenaturales, y que hubiera una limitación de su influencia, no solo en la parroquia de Medjugorje sino también en la gestión de la guía pastoral de los peregrinos.

Un criterio para expresar un juicio sobre la sobrenaturalidad de los acontecimientos de Medjugorje viene dado precisamente por los frutos espirituales. Aun a riesgo  de equivocarse como siempre cuando hay por medio personas, dando lugar a   situaciones negativas, como por ejemplo la excesiva comercialización del lugar (como Lourdes o Fátima) o  la dolorosísima deserción del padre Tomislav Vlasic, los frutos son considerados extremadamente positivos. En estas décadas, en Medjugorje, ha habido conversiones de sacerdotes demasiado obsesionados por el dinero, familias rotas que se han reconciliado, jóvenes que vivían en el pecado que han encontrado la fe  y la vocación religiosa y sacerdotal, ateos y gente perdida que se han convertido en personas que no pueden dejar de rezar.

Traducción del italiano a cargo del equipo de www.virgendemedjugorje.org