4/7/2019 – Fr. Miljenko Steko: “Ninguna fuerza ha podido evitar que el hombre vaya en busca de una Madre”

Los feligreses de Medjugorje celebraron el 38º Aniversario de las Apariciones de la Virgen, recogidos en espíritu de oración junto con peregrinos venidos de todas partes del mundo. En los últimos días han estado llegando a Medjugorje muchos peregrinos, en su mayoría venidos a pie. Los lugares de peregrinación (la Iglesia de San Santiago Apóstol, el Monte de las Apariciones y el Monte de la Cruz) están continuamente repletos de peregrinos que coinciden en que el sacramento de la confesión es, para ellos, una de las claves principales de la peregrinación. En todo momento había sacerdotes disponibles para impartir dicho sacramento.

Junto con los peregrinos de Bosnia-Herzegovina y Croacia se han registrado grupos de otros 27 países como: Alemania, Austria, Inglaterra, Estados Unidos, Irlanda, Italia, Eslovenia, Ucrania, Francia, República Checa, Suiza, Suecia, Corea, China, Bélgica, Hungría, Eslovaquia, Taiwan, Puerto Rico, Moldavia, España, Sri Lanka, Brasil, México, Nueva Zelanda y Martinica. Se han celebrado 16 Santas Misas al día, siendo la celebración central a las 19 h, presidida por el P. Miljenko Steko, Provincial de la Provincia Franciscana de Herzegovina -junto con otros 276 sacerdotes concelebrantes. Asistieron docenas de miles de peregrinos.

El P. Miljenko Steko declaró lo siguiente al iniciar su homilía: “Queremos dar gracias a Dios por nuestra Santa Iglesia, que ha reconocido todos los frutos de Medjugorje y que se ha hecho especialmente presente en este lugar a través del Visitador Apostólico, el Arzobispo Henryk Hoser, el cual me ha asignado la celebración de esta Santa Misa y cuyos saludos os transmito.”

También destacó que María nos ayuda a buscar la fuerza y el poder en el Espíritu Santo, no en nosotros mismos. Nos anima a que nos abramos a la gracia de Dios, a que nos rindamos completamente a ella y así poder irradiarla.

El régimen comunista al completo persiguió a los videntes, niños, para silenciarlos, tanto a ellos como a todos aquellos que observaran las cosas con “los ojos de la fe” y que comenzaban a caminar descalzos hasta Medjugorje, fuertemente impresionados por todos estos acontecimientos que comenzaban a suceder. El régimen comunista persiguió a todos los sacerdotes que venían a colaborar con el párroco para confesar a tantísimos peregrinos; pero todo fue en vano, pues ninguna fuerza ha podido evitar que el hombre vaya en busca de una Madre: ni las fuerzas policiales, ni fichar a las personas que venían, ni siquiera dejarles sin trabajo o las amenazas que se daban en el colegio y las universidades, ni los servicios públicos o secretos, ni los terroríficos juicios contra los franciscanos, absolutamente nada ni nadie.

Aquí seguimos, 38 años después. ¿Qué sucedió en Medjugorje? ¿Qué sucedió en Herzegovina? ¿Qué sucedió en un país que ama a la Bendita Virgen María y del que han nacido tantas vocaciones religiosas? Nunca se pudieron cerrar los ojos de la fe.

Muchos se preguntaban qué significaba todo esto y han sido los peregrinos del mundo entero quienes han respondido a esa pregunta con sus continuas peregrinaciones. Lo primero que hacen es buscar a un sacerdote para confesarse y es a partir de ahí cuando desde Medjugorje comienzan a fluir ríos de misericordia y a irradiar paz.

El P. Miljenko, haciendo referencia a los frutos de Medjugorje, destacó las inmensas colas que hay para confesar, la cantidad de lágrimas que se derraman, la cantidad de conversiones que ha habido, todas las vidas que han rectificado su camino…

¿Quién puede calcular la cantidad de matrimonios que se han reconciliado o las vocaciones que de aquí han surgido? Necesitamos un milagro de conversión, necesitamos estar en el camino con Cristo resucitado para poderlo reconocer al partir el pan, en la Eucaristía, para poder volver a vivir alimentados por su Cuerpo y por Su Sangre.

Medjugorje, en todos estos años, nos ha hecho volver a la auténtica devoción cristiana y a la práctica, enseñándonos a rezar, llamándonos al ayuno, invitándonos a celebrar la Santa Misa con el corazón.

Medjugorje continuará susurrando oraciones y todas las manos seguirán sosteniendo las cuentas del rosario, como viene sucediendo desde hace casi 40 años, concluyó el P: Miljenko Steko al finalizar la homilía.

TRADUCCIÓN: Rocío Mantaras (Fundación Centro Medjugorje)

Fuente: www.centromedjugorje.org