07/05/2018 – Consagración a Jesús por María

Queridos peregrinos, colaboradores y socios de Amor de Déu,

Estamos en el mes de la Virgen y la asociación Amor de Déu quiere extender el mensaje de la Gospa que nos invita a consagrarnos a Jesús a través de Ella. Por eso, queremos invitaros a iniciar hoy 7 de mayo la preparación para la Consagración a Jesús por María.

La preparación dura 33 días y la realizaremos de la siguiente manera:

• Tomando como referencia el libro “33 días hacia un Glorioso Amanecer” del Padre Michael E. Gaitley, ponemos a vuestra disposición las lecturas en PDF correspondientes a cada día. Podréis encontrar también las lecturas en audio en la web http://www.ivoox.com/p_sq_f189185_1.html o descargándoos la app https://www.ivoox.com/podcast-consagracion-mariana_sq_f189185_2.html
(PDF y audios sacados de la web de marianos.org)

DÍA 1     DÍA 2     DÍA 3     DÍA 4     DÍA 5     DÍA 6     DÍA 7
DÍA 8     DÍA 9     DÍA 10     DÍA 11     DÍA 12     DÍA 13     DÍA 14
DÍA 15     DÍA 16     DÍA 17     DÍA 18     DÍA 19     DÍA 20     DÍA 21
DÍA 22     DÍA 23     DÍA 24     DÍA 25     DÍA 26     DÍA 27     DÍA 28
DÍA 29     DÍA 30     DÍA 31     DÍA 32     DÍA 33

• Después de haber leído la lectura diaria, se reza el Santo Rosario, meditando los misterios del día:
 Lunes y sábado: misterios gozosos
 Martes y viernes: misterios dolorosos
 Jueves: misterios luminosos
 Miércoles y domingo: misterios gloriosos

• Finalizamos la preparación diaria con una oración de Consagración a Jesús por María

• Recordemos que no pasa nada si un día no podemos hacer la preparación, se pueden recuperar esas meditaciones en otro momento.

Acabada la preparación, se celebrará el 9 de junio a las 19.00h de la tarde, día del Inmaculado Corazón de María, una Misa de Consagración en el Santuario de Nuestra Señora de la Salud de Sabadell, a la que estáis todos invitados y recibiréis información más adelante. Los que no podáis asistir, podéis realizar la consagración en cualquier iglesia cercana al lugar donde vivís. Después de haber participado de la Santa Misa, os podéis consagrar recitando la anterior oración de consagración mencionada.

A continuación, tenéis una explicación del significado de la Consagración a Jesús por María:

La Virgen, desde el año 1984, nos invita a la Consagración. En el mensaje del 17 de Mayo de 1984, mes dedicado a la Virgen, nos dice:

“Queridos hijos, hoy estoy feliz porque hay muchos de vosotros que desean consagrarse a mí. ¡Os lo agradezco! No estáis equivocados. Mi Hijo, Jesucristo, quiere concederos, a través de mi, gracias particulares. Mi Hijo está contento por vuestro abandono en mí. Gracias por haber respondido a mi llamada.”

LA CONSAGRACIÓN POR MARÍA:

Nosotros podemos consagrarnos a Dios por María, puesto que María está consagrada a Dios:

“Yo soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra.” (Lc 1,38)

Consagrarse a Dios por María es reconocer la misión que Ella recibió en el Calvario:

“Junto a la Cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su Madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu Madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. (Jn 19, 25-27)

La tradición afirma que el discípulo amado es San Juan, el evangelista. San Juan, que guarda la palabra de Jesús, representa a los discípulos amados porque “él que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.” (Jn 14,21)

Así, consagrarse a Dios por María, es imitar a San Juan y recibir a María en la propia casa.
Consagrarse a Dios por María, es también asemejarse a Jesús que se entregó a María en la Encarnación. Jesús es el primer consagrado a María ¿podemos hacer nosotros algo mejor que imitar a Jesús?
Esta consagración o acto de abandono, acto de ofrecimiento (el vocabulario varía), hará actuar a María en nosotros, para la gloria de Dios. Gradualmente, veremos los frutos.
Confiémosle de una sola vez todas las cosas. ¡La experiencia nos enseñará mucho!

POR MARÍA, PARA MARÍA, CON MARÍA Y EN MARÍA:

San Luis Mª Grignion de Montfort explica en su obra “El secreto de María” que la consagración a Jesús por María, o verdadera devoción, consiste en “hacer todas las cosas con María, en María, por María y para María”.

POR MARÍA:
Si yo actúo por mí mismo, es inevitable que también actúe para mí mismo, en el egoísmo. Si quiero actuar por amor, hay que situar el amor en el punto de partida de la acción. Por tanto, hay que situar a María en el inicio de la acción. Un árbol bueno produce frutos buenos… Poner a María en los cimientos de mi acción, toca a mi ser en sus raíces, en sus brotes. Esta actitud afecta a la fuente de mis pensamientos y mis acciones. En María no hay nada de egoísmo. Se trata de confiar a la dirección del Espíritu Santo todo lo que emprendo. El Espíritu de María es suave y fuerte, celoso y prudente. La dulzura es aquí la docilidad al Espíritu Santo. Así, haremos todo por María: ella será fuente pura de nuestras acciones, de nuestras plegarias, de nuestras alabanzas, de nuestros tiempos de retiro.

PARA MARÍA:
No dudamos en decir para María; ello es posible porque María es absolutamente pobre, está totalmente referida a Dios. Lo que hacemos para ella lo damos a Dios. Lo que regalamos a María es regalarlo a Dios, como el ramo de flores que un niño quiere ofrecer a su padre, pero que como está lleno de hierbas y de motas de tierra, se lo confía antes a su madre para que ella lo prepare adecuadamente.

CON MARÍA:
Vivir con María es entrar en la experiencia de María, es decir, estar con Jesús. Mirar a María:
¿Elegiría ella ese trabajo? ¿cómo lo haría? ¿haría ella esa compra? ¿diría ella esa palabra? ¿tendría ella esa intención con tal persona? ¿rechazaría ella esa llamada?
NO SUFRIR SOLO, SUFRIR CON MARÍA.

EN MARÍA:
Se trata de vivir en María, en la que Dios reposa. En ella se descansa realmente en paz. Se trata de apoyarse en María. Se trata de poner la seguridad en ella. Se trata de recurrir a María.

Y acabamos esta exposición de la Consagración al Corazón Inmaculado de María con el ejemplo de San Juan Pablo II:

A la edad de nueve años, después de la muerte de su madre, subiéndose a la silla para estar más cerca del icono que representaba a la Santísima Virgen, dijo estas palabras: “Ahora eres tú la que será mi madre”. A los veinticinco años, pronunció el TOTUS TUUS: “Yo soy todo tuyo y todo lo que es mío te pertenece, oh Virgen gloriosa, bendita sobre todo”.

En 1966, siendo ya cardenal Wojtyla, consagró Polonia a la Virgen: “Nosotros queremos construir grandes fundaciones para el futuro de nuestro país. (…). No lograremos que estas fundaciones sean sólidas si no nos consagramos a ti, Madre de Cristo y Madre de Dios”.

Ya Papa, San Juan Pablo II tenía por costumbre confiar y consagrar a Jesús, por medio de María, las personas y los países que visitaba. Al final de su vida, hizo esta oración: “A ti remito todos los frutos de mi vida y de mi ministerio; a ti confío el destino de la Iglesia; a ti confío mi nación, en ti confío y a ti declaro, una vez más: TOTUS TUUS, María”.