Mensaje del 25 de Mayo de 1997

Queridos hijos, hoy los invito a glorificar a Dios. Que el nombre de Dios sea santo en sus corazones y en sus vidas. Hijitos, cuando están en la santidad de Dios, Dios está con ustedes y les dona la paz y la alegría que sólo vienen de Dios a través de la oración. Por eso, hijitos, renueven la oración en sus familias y sus corazones glorificarán el santo nombre de Dios, y el Paraíso reinará en sus corazones. Yo estoy cerca de ustedes e intercedo ante Dios por ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.