Mensaje del 10 de Julio de 1986

Queridos hijos, hoy los invito a la santidad. No pueden vivir sin santidad. Por eso, con el amor venzan todo pecado y superarán, con amor, todas las dificultades que se les presenten. Queridos hijos, les ruego que vivan el amor en sus corazones. Gracias por haber respondido a mi llamado.