Mensaje del 2 de Junio de 1984 – (Era sábado y Novena de Pentecostés)

“¡Queridos hijos! Esta tarde les quiero pedir que durante esta Novena oren por la efusión del Espíritu Santo sobre sus familias y sobre su parroquia. Oren y no se arrepentirán! Dios les concederá Sus dones, con los cuales ustedes Lo glorificarán hasta el fin de sus vidas terrenas. Gracias por haber respondido a mi llamado!”