Mensaje del 25 de Julio de 2010

“¡Queridos hijos! Os invito nuevamente a seguirme con alegría. Deseo guiaros a todos a mi Hijo y a vuestro Salvador. No sois conscientes de que sin Él no tenéis alegría, ni paz, ni futuro, ni vida eterna. Por eso, hijitos, aprovechad este tiempo de oración y abandono gozosos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

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