Mensaje del 25 de Noviembre de 2008

“¡Queridos hijos! Hoy también os invito, en este tiempo de gracia, a orar para que el pequeño Jesús nazca en vuestro corazón. Él, que es la misma paz, dé la paz a todo el mundo a través de vosotros. Por ello, hijitos, orad incesantemente por este mundo turbulento sin esperanza, para que vosotros os convirtáis en testigos de paz para todos. Que la esperanza comience a fluir en vuestros corazones como un río de gracia. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

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