Mensaje del 25 de octubre de 2002

“¡Queridos hijos! Los invito tambien hoy a la oración. Crean, hijitos, que con la oración simple pueden hacerse milagros. A través de su oración ustedes abren su corazón a Dios y El hace milagros en su vida. Mirando los frutos, su corazón se llena de alegría y de agradecimiento hacia Dios por todo lo que hace en su vida y a través de ustedes por los demás. Recen y crean, hijitos. Dios les concede gracias y ustedes no las ven. Recen y las verán. Que su jornada esté llena de oración y de acción de gracia por todo lo que Dios les da. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

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