Mensaje del 25 de Septiembre de 2013

“Queridos hijos, también hoy os invito a la oración. Que vuestra relación con la oración sea cotidiana. La oración hace milagros en vosotros y a través de vosotros, por eso, hijos míos, que la oración sea alegría para vosotros. Entonces, vuestra relación con la vida será más profunda y más abierta, y comprenderéis que la vida es un don para cada uno de vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

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