Mensaje del 28 de Agosto de 1986

Queridos hijos, los invito a ser modelo para los demás en todo, especialmente en la oración y el testimonio. Queridos hijos, yo no puedo ayudar al mundo sin ustedes. Deseo que colaboren conmigo en todo, aún en las cosas más pequeñas. Por eso, queridos hijitos, oren de tal manera que su oración sea una oración del corazón y abandónense totalmente a mí. Así podré enseñarles y guiarlos en el camino que he comenzado con ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.