Mensaje extraordinario del 5 de agosto de 2103 a Ivan

“Queridos hijos, también hoy, con gran alegría, viéndoos a todos con un corazón abierto y alegre, os invito a todos a orar por la paz de manera responsable. Orad, queridos hijos, para que la paz reine en el mundo, para que la paz reine en los corazones de los hombres, en los corazones de mis hijos. Por eso sed mis portadores de la paz en este mundo inquieto; sed mi signo vivo, un signo de paz allá donde os encontréis con los hombres, en vuestras parroquias. Sed mi signo, sed mi luz, mi espejo para los demás. Sabed, queridos hijos, que estoy siempre con vosotros, que oro por todos vosotros y que intercedo por todos vosotros ante Jesús, ante mi Hijo. Por eso perseverad en la oración. Gracias por haber dicho sí, también hoy, a mi llamada.”