Mensaje del 12 de Setiembre de 1985

Queridos hijos, en estos días los invito a poner la Cruz en el centro de todo. Oren especialmente ante la Cruz, porque de ella se derraman grandes gracias. En estos días, hagan en sus casas una consagración especial a la Cruz. Prometan no ofender más a Jesús ni a la Cruz y que no pronunciarán más blasfemias. Gracias por haber respondido a mi llamado.