Testimonios del Clero

Selecciona un año:

Boletín nº 169 – 26 de Diciembre de 2001

Mons. Dr. Franc Kramberger, Obispo de Maribor, Eslovenia en Medjugorje

En la homilía de la celebración eucarística realizada en el monte de Ptuj, el 10 de noviembre de 2001, Mons. Dr. Franc Kramberger, obispo de Maribor, Eslovenia, dijo: “Saludos a todos los veneradores y peregrinos de la Virgen de Medjugorje. De manera especial hoy saludo a nuestro honorable y excelente invitado, al padre, Fr. Jozo Zovko. El, en su exposición, nos acercó al misterio de Medjugorje. Medjugorje no es solamente el nombre de un lugar en Bosnia-Herzegovina, sino que Medjugorje es un lugar de gracia, donde la Virgen se aparece de manera especial. Medjugorje es un lugar donde se manifiesta la misericordia de Dios, Medjugorje es un lugar santo donde los que han caído se levantan, y todos los que peregrinan encuentra la estrella Polar que les muestra una nueva dirección de vida. Cuando toda mi diócesis y toda Eslovenia, y todo el mundo, se convirtieran en Medjugorje, no pasarían las cosas que nos acompañan en estos últimos meses.”

Mons, Jerome Gapangwa Nteziryayo, Diócesis de Uvir, Congo, visitó Medjugorje

Del 7 al 11 de noviembre de 2001, visitó Medjugorje de manera privada, Mons. Jerome Gapangwa Nteziryayo de la diócesis Uvir, Congo, Africa. Mons. Jerome, con un grupo de peregrinos con los cuales estuvo en Medjugorje, oró en el Monte de las Apariciones y en el Krizevac, y además participó en el programa de oración vespertino. Al término de su visita, nos dijo que le agradece a Dios por habernos dado tal lugar de oración.

 

Boletín nº 168 – 26 de Noviembre de 2001

Mons. Denis Croteau, Omi, Obispo de la Diócesis de McKenzie, Canada

Mons. Denis Croteau, Oblato de la Inmaculada, obispo de la diócesis McKenzie de Canadá visitó privadamente Medjugorje con un grupo de peregrinos canadienses del 29 de octubre al 6 de noviembre. Acerca de sus impresiones al final de la peregrinación dijo lo siguiente:

“Vine por primera vez a Medjugorje en abril de este año. Llegué de incógnito, nadie sabía que era obispo. Oí hablar de Medjugorje y supe que si venía solamente como sacerdote podría participar inadvertidamente en la concelebración. Es decir, quería estar con el pueblo, observar cómo el pueblo ora, quería ser como cualquier otro, a fin de tener una impresión de lo que es en verdad Medjugorje. Vine con un grupo de 73 peregrinos. Ninguno de ellos sabía que era obispo. Yo era solamente un cristiano. Al final, cuando regresábamos al aeropuerto de Split, dije: “¡Para que lo sepan, yo soy obispo!”, ¡y la gente se sorprendió porque yo no tengo el aspecto de obispo! Quería sentir Medjugorje como un cristiano común antes de regresar de nuevo como obispo.

Acerca de Medjugorje he leído muchos libros, he escuchado muchas grabaciones, tengo muchas buenas informaciones sobre los videntes, sobre los mensajes de la Virgen y sé algo sobre el conflicto. Por eso quise llegar de incógnito, para formar mi opinión sobre Medjugorje. Y realmente me impresionó poderosamente. Me ha impresionado tanto, que a mi regreso a Canadá le dije a la gente: “Si desean organizar una peregrinación, yo les daré mi apoyo y mi ayuda.” Así organizamos la peregrinación y transcurrimos ocho días completos en este lugar. La gente se lleva de este lugar impresiones poderosas. Personalmente, lo que más me impresionó la última vez y también esta vez, ha sido que los videntes no realzan los grandes milagros, ni las cosa extraordinarias, ni el fin del mundo, ni las catástrofes o los horrores, sino el mensaje de María, el mensaje de oración, conversión, penitencia, del rezo del Rosario, de vivir los Sacramentos, la fe y el amor, la ayuda a los pobres, etc. Ese es el mensaje. Existen secretos, pero los videntes no resaltan eso. El mensaje de la Virgen es la oración. ¡Y aquí la gente ora tan bien! Cantan en voz alta, oran en voz alta, eso produce una buena impresión. De esa forma se comprueba que lo que sucede es verdad. ¡Regresaré, seguramente regresaré!¡Oro por ustedes y los bendigo.

 

Boletín nº 167 – 25 de Octubre de 2001

El Obispo de Ucrania de visita en Medjugorje

El obispo católico de Ucrania, Mons. Irynei Bilyk, osbm, peregrinó de manera privada a Medjugorje a mediados de septiembre. Mons. Bilyk visitó por primera vez Medjugorje en el año 1989 como sacerdote, antes de su partida a Roma, oportunidad en la que fue secretamente ordenado obispo, debido al régimen comunista.

La peregrinación de este año fue su oración de agradecimiento por toda la ayuda recibida de la Virgen.

Mons. Hermann Reich, Obispo de Papua-Nueva Guinea de Visita en Medjugorje

Mons. Hermann Reich, obispo de Papúa-Nueva Guinea, de origen austriaco, visitó de manera privada Medjugorje del 21 al 26 de septiembre. Al final de su peregrinación dijo lo siguiente acerca de sus impresiones:

“Supe de Medjugorje hace mucho tiempo, pero por primera vez verdaderamente puse atención y mostré interés en estos acontecimientos recién en 1990. En ese entonces, estaba en el hospital y a mis manos llegaron unas revistas que publica “Gebetsaktion” de Viena. En esa ocasión leí por primera vez esas revistas y puse atención en los mensajes. En primer lugar, me impresión el aspecto exterior de Medjugorje: piedras, piedras y más piedras. ¡Eso me impresionó poderosamente! Me pregunté: ¿Dios mío, de qué vive esa gente! La otra impresión poderosa fue la oración. ¡Tanta gente en oración, con el Rosario en la mano! Verdaderamente aquí hay mucha oración. La liturgia y las concelebraciones son muy buenas. La iglesia está siempre llena, lo que no es el caso de otras iglesias en el Occidente, especialmente en tiempo de verano. Aquí la iglesia está llena de oración y de la Iglesia en pequeño: tantos idiomas diversos, pero todos se comprenden. Es sorprendente que cada uno siente que pertenece a este lugar, que no es extranjero, que puede participar en la oración, aún viniendo de lejos.

La Confesión en Medjugorje es algo especial, algo que no se puede tocar con las manos, pero eso es una gran cosa. En el Occidente la gente comprende de forma diferente las cosas de la fe. Todos quieren confesiones comunitarias. La confesión casi no se practica. Aquí tanta gente va a confesarse, y ese hecho es tan importante.

Además, he encontrado algunos peregrinos y hemos hablado un poco. Se sienten tocados y entusiasmados por lo que aquí sucede. En este tiempo sin paz pienso que Dios y la Virgen nos ofrecen la paz, pero depende de nosotros si deseamos aceptar ese ofrecimiento y realizarlo. Eso depende de nosotros. Si no queremos – pienso que la Madre de Dios y el Cielo deben resignarse a nuestra libre voluntad – en ese caso, no se puede hacer mucho, y eso es realmente una desgracia. Pero pienso que Dios puede escribir derechamente sobre renglones torcidos. Desde que sucedieron los atentados en EE.UU. he sabido que la gente ha comenzado de nuevo a orar más. Se despertó. La paz es tan importante y espero que la paz realmente se concretizará.

Lo que me impresionó poderosamente en los mensajes es la paz como un tema importante de la Virgen. Luego, el discurso renovado acerca de la oración y la confesión. La Virgen regresa siempre a la oración: no se cansen, oren, oren, decídanse por la oración, oren mejor… Pienso que se ora mucho, pero no se ora correctamente. Se ora mucho, existe la cantidad, pero falta la calidad. Pienso que debemos, según el deseo de la Virgen, no disminuir la cantidad, sino mejorar la calidad. Hay que orar mejor.

Y al final deseo decir que aquí he estado solamente algunos días, pero admiro el servicio y el heroísmo de los franciscanos en el trabajo con tanta gente. ¡Esa logística es un problema que no podría afrontar! A todos los admiro por vuestro compromiso y labor. Les diría al final: sigan trabajando y háganlo en ese sentido. Siempre gente nueva llega a Medjugorje y desea sentir ese clima, esa paz, ese espíritu de Medjugorje. Si los franciscanos están dispuestos a dar eso, entonces muchos podrán llevar con ellos algo bueno que continuará creciendo cuando regresen a sus casas. Eso puede ser la formación de nuevos grupos de oración, pero ante todo que crezca la calidad de la oración. No es suficiente que la gente ore mucho. Es un peligro frecuente que la oración se quede en los labios, y no llegue al corazón. Verdaderamente es importante la calidad de la oración: que la vida se convierta en oración.

Estoy convencido de la presencia de la Virgen aquí en Medjugorje. Si Ella no estuviera presente, todo esto no sería posible, no habría frutos. Estoy convencido de que esto es obra suya. A los cristianos de hoy les deseo decir: oren y no dejen de orar. Y si no alcanzan el éxito que esperaban, continúen orando, hagan esfuerzos para tener una buena vida de oración. Tomen en serio los mensajes de Medjugorje y oren en su espíritu. Eso le aconsejaría a cada persona que encuentre.”

 

Boletín nº 166 – 25 de Septiembre de 2001

Monseñor Antoun Hamid Mourani, Arzobispo Emérito Maronita de Damasco de visita a Medjugorje

Del 6 al 13 de agosto 2001, vino en visita privada a Medjugorje. Mons. Antoun Hamid Mourani, arzobispo emérito maronita de Damasco, Siria. Vino en peregrinación con cuatro sacerdotes y un grupo de peregrinos libaneses.

Monseñor Jean-Claude Rembanga, Obispo de Bambaria – República Centroafricana – En visita privada a Medjugorje

A mediados de agosto vino en visita privada a Medjugorje, Mons. Jean-Claude Rembanga, obispo de Bambaria, República Centroafricana. Se unió a un grupo de peregrinos franceses llegados de París.

Su diócesis cuenta con alrededor de 100.000 católicos distribuidos en 173.000 Km2, y es atendida por solamente 20 sacerdotes. Durante su permanencia en Medjugorje, Mons. Rembanga dijo que había venido a Medjugorje “… para pedir a la Virgen a fin de que ayude a mi diócesis, según la voluntad de Dios…”.

 

Boletín nº 165 – 26 de Agosto de 2001

Visita del Arzobispo de Taiwán

A fines de julio, en visita privada a Medjugorje estuvo Mons. Leonard Hsu, OFM, arzobispo emérito de Taipei en Taiwán. Vino a Medjugorje con un grupo de peregrinos que es el primero que peregrina por primera vez a Medjugorje de ese lejano país.

Acerca de sus impresiones dijo entre otras cosas lo siguiente:

“… La gente es aquí muy amable, todos nos saludan, y eso es un signo de catolicismo. Veo gente de todas partes. Son sinceros y amistosos. La devoción se percibe: por todas partes se ven personas que rezan el Rosario, meditan; los fieles se arrodillan y oran… Las oraciones después de la Santa Misa vespertina continúan, y la gente ora. Los peregrinos de mi grupo dicen: Debemos hacer algo para que Medjugorje sea conocido en Taiwán. Me pregunto, ¿cómo organizar las peregrinaciones de Taiwán a Medjugorje, cómo traer jóvenes?

Personalmente me gustaría permanecer más tiempo en Medjugorje y conocerlo mejor…”

 

Boletín nº 163 – 26 de Junio de 2001

Visita del Patriarca de Tripoli y General de la Ordent Maronita de la Orden Basilíca

Del 28 de mayo al 2 de junio de 2001, vinieron en peregrinación a Medjugorje Mons. Georges Riachi, patriarca de Tripoli, Líbano, abad Nicolás Hakim, patriarca general de la orden melquita basílica de los Suerita y ocho sacerdotes de esa orden monástica con un grupo de peregrinos libaneses.

Terminaron su peregrinación con una celebración eucarística en la festividad de Pentecostés en lengua griega y árabe. Acerca de sus impresiones vinculadas a la peregrinación en Medjugorje, Mons. Georges Riachi, patriarca de Tripoli dijo:

“Vine a Medjugorje con un grupo de religiosos de mi orden suerita, que me pidieron que los acompañara. Les dije: “Naturalmente, los acompaño, ¡será para mí un placer visitar el lugar en el cual la Bienaventurada Madre de Dios da signos especiales!” Aquí estoy por primera vez, pero había oído hablar de Medjugorje hace mucho tiempo. Cuando los acontecimientos empezaron aquí estaba en EE.UU., y cuando me convertí en obispo de los Melquita en Australia, uno de mis sacerdotes de Perth me pidió permiso para venir a Medjugorje. Le dije: “¡Adelante!” Estaba muy satisfecho, vino a Medjugorje y se sintió muy tocado. En su iglesia, cada día el grupo de oración reza el Rosario. Hay también cambios en su vida personal. Después de mi regreso al Líbano, hace dos años, uno de los sacerdotes pidió permiso para venir a Medjugorje y yo le di mi autorización. El también se sintió muy tocado. Otro sacerdote que estuvo aquí el año pasado recibió una enorme ayuda y su vida cambió. Yo he venido ahora por primera vez. Sé que la Iglesia no ha dado aún indicaciones al respecto y yo respeto en todo a la Iglesia, pero siento que Medjugorje, a pesar de todo lo que se dice, es un lugar que es bueno visitar, porque allí el hombre puede regresar a Dios, hacer una buena confesión, regresar a Dios con la ayuda de la Bienaventurada Virgen María, llegar a ser mejor con ayuda de la Iglesia.

Sé que a este lugar desde hace 20 años vienen innumerables personas de todo el mundo. Eso es por sí mismo un milagro y una gran cosa. Aquí la gente cambia. Se vuelven más fieles a Dios Nuestro Señor y a Su Madre, la Bienaventurada Virgen María. Es muy hermoso ver como la gente con respeto se acercan al Sacramento de la Santa Comunión y de la Santa Confesión. Veo largas filas de fieles que esperan confesarse. Lo que debemos hacer aquí, lo que los sacerdotes deben hacer es decirle a la gente que sean sinceros con Dios Nuestro Señor, que se abra.
Deseo decirle a la gente que venga a Medjugorje porque este lugar es un signo. Los sacerdotes de Medjugorje tienen una misión importante. Deben estar preparados. La gente viene a este lugar y espera algo particular. Por eso sean ustedes también algo especial. No es fácil, pidan a la Virgen Bienaventurada que los guíe, a ustedes sacerdotes, servidores, a todos aquellos que tienen Medjugorje a su cargo. Que los ayude a dar un buen ejemplo a esta multitud que viene de todo el mundo. Eso es para el pueblo una gran gracia.”

El patriarca general de la Orden Basílica Melquita de los Suerita, abad Nicolás Hakim dio a conocer sus impresiones:

“Vine a Medjugorje como primer patriarca general de una orden del Líbano. Vine con ocho sacerdotes jóvenes de la orden Suerita ara entregar a la Santísima Virgen todo nuestro corazón, todo nuestros pensamientos, nuestro ser y toda nuestra orden. Hemos venido a los ejercicios espirituales, a renovar el espíritu y el alma, a fin de vivir y orar mejor en los monasterios y trabajar en las parroquias y escuelas en las cuales trabajamos, para poder vivir mejor nuestros votos de castidad, pobreza y obediencia.

Escuché el testimonio del vidente Ivan Dragicevic, y ahora deseo leer los libros de Fr. Slavko Barbaric. Aquí lo que más me ha impresionado es el amor que no tiene fronteras. La Virgen nos ama como sus hijos, no mirando nuestros pecados ni nuestras debilidades. Para Ella somos sus hijos amados. Hay que agradecer a Dios y a la Virgen, hay que vivir la reconciliación, aceptar la penitencia y tendremos paz interior. Ustedes que viven aquí seguramente son personas felices, seguramente existen impedimentos. Satanás ataca poderosamente el lugar en que se encuentra la Virgen. A nosotros nos atacaron porque decidimos venir a Medjugorje. Nos preguntaron por qué no íbamos a otro lugar. Satanás ataca siempre la bondad humana. Si quieres hacer el bien y estar cerca de Dios, muchos te serán contrarios. A todos les diré: ¡Vayan y vean!

He sentido la presencia viva de la Santísima Virgen. Ella está por doquier en el mundo, pero aquí está de una manera especial. He sentido paz, simplicidad, he visto el amor en todos los corazones, he visto el cielo en la tierra en donde los corderos cohabitan con los lobos.

El servicio de los sacerdotes que trabajan en Medjugorje es divino. La Virgen pide de ellos que estén a disposición de los peregrinos, de los sacerdotes y de los enfermos. Es un servicio muy importante y meritorio. Dan un buen ejemplo a través de las oraciones que dirigen, a través de la forma en que se encuentran con las personas. Que sean un buen ejemplo y que pidan a Dios y a la Virgen que les dé salud para que puedan continuar. Estuve en la tumba de Fr. Slavko. El es, como la Virgen, su protector. Que se encomienden a su oración.”

 

Boletín nº 161 – 26 de Mayo de 2001

Visita del Obispo Peruano

Del 13 al 16 de mayo de 2001, el obispo de Perú, Mons. José Antúnez de Mayolo, obispo del arzobispado de Ayacucho, visitó privadamente Medjugorje. Acerca de sus impresiones, entre otras cosas, dijo:

“Oí hablar acerca de Medjugorje por primera vez de parte de mi prima que vive en Alemania, quien había visitado Medjugorje. Me invitó a visitar Medjugorje, y puesto que este año debía ir a Roma, decidí visitar también Medjugorje. Este es un santuario muy hermoso en el cual encuentro mucha fe, fieles que viven su fe, fieles que vienen a confesarse. Yo también he confesado a peregrinos de habla hispana. He participado en celebraciones eucarísticas y todo me ha gustado mucho. En verdad todo es muy hermoso en este lugar. Estuve en Lourdes, pera esa es una realidad totalmente diferente a ésta. No se puede comparar. Son dos realidades completamente diferentes. En Lourdes el acontecimiento está terminado, mientras que aquí está en lenta formación. Aquí la fe se siente más que en Lourdes. En el Perú, Medjugorje no es suficientemente conocido. Yo prometo que seré apóstol de Medjugorje en mi patria, el Perú. Aquí la fe es fuerte y todo aún está en formación, pero la fe es en verdad poderosa.
Les diría a los sacerdotes que amen con fuerza a la Santísima Virgen. Que la amen con vigor, puesto que Ella es nuestra madre y siempre está con nosotros. Por eso deben amarla los sacerdotes que aquí viven y aquellos que vienen de afuera. Los peregrinos que acuden a este lugar ya se han encaminado por el sendero espiritual que los conduce a la Bienaventurada Virgen María y ya tienen fe. Sin embargo, muchos seguramente aún no tienen fe. Aquí no he sentido la presencia de ellos. Al final me gustaría decir que regresaré, y seguramente volveré nuevamente a este lugar!¡Gracias a ustedes por todo!”