Mensajes de la Virgen

Selecciona un año:

Mensaje del 25 de Diciembre de 1998

Queridos hijos, en esta alegría navideña deseo bendecirlos con mi bendición. De manera especial, hijitos, les doy la bendición del Pequeño Jesús. Que Él los llene con su paz. Hoy, hijitos, ustedes no tienen paz pero la anhelan. Por eso, con mi Hijo Jesús los invito en este día a que oren, oren, oren, porque sin oración no tienen ni alegría ni paz ni futuro. Anhelen la paz y búsquenla. Dios es la verdadera paz. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Noviembre de 1998

Queridos hijos, hoy los invito a prepararse para la venida de Jesús. Particularmente preparen sus corazones. Que la Santa Confesión sea para ustedes el primer paso de conversión y luego, hijos queridos, decídanse por la santidad. Que la conversión y la decisión por la santidad comiencen hoy, no mañana. Hijitos, a todos los invito al camino de la salvación y deseo mostrarles el camino hacia el Paraíso. Por eso, hijitos, ¡sean míos! y decídanse conmigo por la santidad. Hijitos, acepten la oración con seriedad y oren, oren, oren. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Octubre de 1998

¡Queridos hijos! Hoy los invito a acercarse a mi Corazón Inmaculado. Los invito a renovar en sus familias el fervor de los primeros días, cuando los llamé al ayuno, a la oración y a la conversión. Hijitos, ustedes han aceptado mis mensajes con un corazón abierto a pesar de que no sabían qué era la oración. Hoy los invito a que se abran totalmente a mí para que pueda transformarlos y guiarlos al Corazón de mi Hijo Jesús, para que Él los llene con su amor. Sólo así, hijitos, encontrarán la verdadera paz, la paz que sólo Dios les da. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Septiembre de 1998

¡Queridos hijos! Hoy los invito a volverse testigos míos viviendo la fe de sus padres. Hijitos, ustedes buscan signos y mensajes y no ven que –con el amanecer de cada día- Dios los llama a convertirse y a regresar al camino de la verdad y de la salvación. Ustedes hablan demasiado, hijitos, pero trabajan poco en su propia conversión. Por eso, conviértanse y comiencen a vivir mis mensajes no con palabras sino con la vida. De ese modo, hijitos, tendrán la fuerza de decidirse por la verdadera conversión del corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Agosto de 1998

¡Queridos hijos! Hoy los invito a estar aún más cerca mío por medio de la oración. Hijitos, soy su Madre, los amo y deseo que cada uno de ustedes se salve y esté conmigo en el Cielo. Por esto, hijos queridos, oren, oren, oren hasta que sus vidas se vuelvan oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Julio de 1998

¡Queridos hijos! Hoy, hijitos, los invito a estar con Jesús por medio de la oración, para poder así descubrir la belleza de las criaturas de Dios mediante la experiencia personal de la oración. Ustedes no pueden hablar ni dar testimonio de la oración si no oran. Por eso, hijitos, permanezcan con Jesús en el silencio del corazón para que Él los cambie y los transforme con su Amor. Hijitos, éste es para ustedes un tiempo de gracia. Aprovechen de él para la conversión personal porque cuando tienen a Dios lo tienen todo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Junio de 1998

 

Queridos hijos, hoy deseo agradecerles por vivir mis mensajes. A todos los bendigo con mi bendición maternal y los llevo ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Mayo de 1998

Queridos hijos, hoy los invito a que se preparen con oración y sacrificio para la venida del Espíritu Santo. Hijitos, éste es un tiempo de gracia y por eso nuevamente los invito a que se decidan por Dios Creador. Permítanle que los cambie y los transforme. Que sus corazones estén dispuestos a escuchar y vivir todo lo que el Espíritu Santo tiene en Su plan para cada uno de ustedes. Hijitos, permítanle al Espíritu Santo conducirlos por el camino de la verdad y de la salvación hacia la vida eterna. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Abril de 1998

Queridos hijos, hoy los invito a abrirse a Dios a través de la oración, como una flor se abre a los rayos matinales del sol. Hijitos, no teman. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno para que sus corazones acepten el don de la conversión. Hijitos, únicamente así comprenderán la importancia de la gracia en estos tiempos y Dios estará más cerca de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Marzo de 1998

Queridos hijos, hoy también los invito al ayuno y a la renuncia. Hijitos, renuncien a aquello que les impide estar más cerca de Jesús. Especialmente los invito a que oren, ya que solamente con la oración podrán vencer la propia voluntad y podrán descubrir cuál es la voluntad de Dios aún en las cosas más pequeñas. Hijitos, será con sus vidas cotidianas que ustedes han de volverse ejemplo y darán testimonio si viven para Jesús o contra Él y su voluntad. Hijitos, deseo que lleguen a ser apóstoles del amor. A partir del amor que ustedes tengan, hijitos, se reconocerá que son míos. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Febrero de 1998

Queridos hijos, hoy también estoy con ustedes y nuevamente los invito a todos a acercarse a mí a través de sus oraciones. En este tiempo de gracia los invito especialmente a la renuncia. Mediten, hijitos, y vivan, por medio de sus pequeños sacrificios, la Pasión y Muerte de Jesús por cada uno de ustedes. Sólo si se aproximan a Jesús comprenderán el amor inconmensurable que Él tiene por cada uno de ustedes. Por medio de la oración y de sus sacrificios se han de volver más abiertos al don de la fe, al amor por la Iglesia y por las personas que los rodean. Los amo y los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Mensaje del 25 de Enero de 1998

Queridos hijos, hoy los invito nuevamente a todos a la oración. Sólo con la oración, hijos queridos, sus corazones cambiarán, se volverán mejores y más sensibles a la palabra de Dios. Hijitos, no permitan que Satanás los arrastre y haga de ustedes lo que quiere. Los invito a que sean responsables y decididos y a consagrar cada día a Dios en la oración. Que la Santa Misa no se vuelva para ustedes un hábito sino la vida. Viviendo cada día la Santa Misa sentirán la necesidad de la santidad y crecerán en santidad. Yo estoy cerca de ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes para que Él les dé la fuerza para cambiar el corazón. Gracias por haber respondido a mi llamado.